Food and Drink

¿Cómo afecta el refresco a tu hígado?

¿Has escuchado de personas que desarrollan cirrosis sin beber alcohol? Una de las causas puede ser el exceso de refresco en la alimentación cotidiana. Esto hace en el hígado.

¿Deberías cancelar el ‘chesco’? El refresco es una de las bebidas más populares en todo el mundo, en México parece inseparable de las carnitas o de unos buenos tacos de suadero, sin embargo, consumirlo todos los días afecta silenciosamente a tu cuerpo, no solo a los riñones, también a tu hígado.

Esta bebida comenzó a popularizarse en México, país de las aguas frescas, a inicios del siglo XX, con sabores como manzana, vainilla y posteriormente el tan popular refresco de cola y toda la oleada de sabores como naranja, tamarindo, uva, ‘rojo’ y un azucarado etcétera.

Harvard T.H. Chan School of Public Health explica que el refresco es un tipo de bebida azucaradas, son cualquiera con azúcar añadido o edulcorantes como jarabe de maíz de alta fructosa, sacarosa, concentrados de zumo de frutas y demás.

En este grupo también están las bebidas deportivas y energéticas, Harvard recomienda evitar su consumo, pues no tienen prácticamente ningún nutriente y sí demasiados ingredientes dañinos que en exceso lastiman órganos como el hígado.

¿Cuáles son las bebidas que dañan el hígado?

El hígado es uno de los órganos más importantes en el cuerpo, pues tiene más de 500 funciones como procesar la sangre, descomponer grasas y limpiar toxinas (hace naturalmente todo eso que prometen y no cumplen casi nunca las dietas depurativas).

Cuando esta parte del cuerpo comienza a fallar, se acumulan las toxinas y devienen enfermedades hepáticas; si bien hay aspectos genéticos que influyen en esto, lo que comes y bebes es clave para mantenerlo saludable.


En exceso, las bebidas alcohólicas (en especial los licores con alta graduación) y las azucaradas tienen elementos que pueden dañar al hígado a largo plazo.

Según explicó el médico Waqas Mahmood a Eat this, not that, entre todos los alimentos azucarados, los refrescos son los peores para el hígado.

¿Por qué el refresco es malo para el hígado?

Acumulación de grasa

Esa alta cantidad de azúcar y jarabe de maíz de alta fructosa en los refrescos puede convertirse en grasa en el hígado, ya que, según Healthline, estos se componen de dos moléculas que se procesan así en tu cuerpo:

  • Glucosa: se metaboliza por todas las células de tu cuerpo.
  • Fructosa: solo se puede metabolizar por el hígado y es habitual consumir una cantidad excesiva a través de las bebidas azucaradas.

En consecuencia, los bebedores de refresco consumen demasiada fructosa que sobrecarga al hígado, porque una parte de esa grasa generada se expulsa como triglicéridos sanguíneos, pero otro tanto se queda en este órgano.

Hígado graso no alcohólico

A la larga, como consecuencia de beber demasiado refresco, las personas pueden presentar una acumulación de grasa en las células hepáticas que se llama hígado graso no alcohólico, que causa fatiga, dolor, color amarillento en la piel y en los ojos.

Mayo Clinic explica que quienes tienen este padecimiento pueden desarrollar una forma más agresiva llamada esteatohepatitis no alcohólica (inflamación del hígado), lo cual puede progresar a cirrosis (una cicatrización avanzada), además de insuficiencia hepática, “este daño es similar al daño causado por el consumo excesivo de alcohol”.

Resistencia a la insulina

Eat this, not that detalla que ingerir muchos refrescos de forma cotidiana podría ocasionar resistencia a la insulina en tu cuerpo, según han visto algunas investigaciones, con lo que se aumenta el riesgo de diabetes tipo 2.

Es un círculo vicioso, pues estas bebidas se relacionan con un alto riesgo de obesidad y la diabetes tipo 2, que también afectan al funcionamiento del hígado.

Mayor riesgo de cáncer de hígado

Esta es una posibilidad, según un estudio de Women’s Health Initiative, citado por Harvard, el cual estudió durante 20 años a un grupo.

En los resultados, las mujeres que bebían mayores cantidades de bebidas azucaradas presentaron más riesgo de cáncer de hígado.

En especial quienes bebían una o más raciones diarias de bebidas azucaradas presentaron un 85% más de riesgo de cáncer de hígado que las que bebían tres o menos raciones al mes.



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