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Soldado de Chocolate: ¿Qué pasó con los refrescos antiguos de Yucatán que se tomaban de desayuno?

Hubo un tiempo en que en Yucatán se tomaban Soldados de Chocolate y Sidra Pino, un ‘chesco’ de plátano y vainilla. Cuando llegaron los refrescos de cola, a la gente no les gustaba su sabor.

Durante 72 años se vendió una bebida que le dejó un nostálgico sabor de boca a los yucatecos, quienes cerraron filas con las botellas de Soldados de Chocolate, una bebida de malta, cocoa, azúcar y leche que extendió su ejército hasta algunas calles chilangas y tapatías.

Dice la voz popular que esta bebida era más amada que los refrescos de cola, también contaban que para boicotearlos algunas empresas rompían las los envases de vidrio retornables en las que se vendían para provocar escasez.

Los soldaditos eran producidos por Embotelladora de Refrescos Pino, fundada en el siglo XIX que comenzó a vender en esa época su primer ‘chesco’ llamado Pino Negra (vainilla y plátano), también llamada “champán de Yucatán”.

Los Soldados de Chocolate se promovían como casi un desayuno completo y hasta remedio para tener fuerzas y para el empacho.

En la televisión de aquellos tiempos se veía a una niña anunciar: “Ya no tengo frío, pues mamá me da Soldado de Chocolate en mi desayuno y merienda. Soldado de Chocolate es, la bebida que a chicos y a grandes mejor deleita”.

“Recuerdo la emoción que sentía un buen amigo de Mérida al pedir el Soldado de Chocolate para acompañar sus panuchos y sus tacos, hace no tantos años”, describe la investigadora Adela Vázquez Veiga en el artículo Sidra Pino, de identidad glocal a bien común del barrio de Santiago.

¿Cuál es el origen del Soldado de Chocolate?

Esta historia de chocolate en realidad empieza con los sabores de vainilla y plátano; y no con un soldado, sino con un joven capitán de un barco: el español José María Pino Rusconni.

Según el Museo del Objeto del Objeto (MODO), cuando José María estaba en medio del océano comenzó a preparar para los tripulantes una bebida de vainilla, cáscaras de plátano y algunas frutas.

Esta receta acompañaba al capitán desde las islas Canarias hasta el puerto en Yucatán, donde en Ciudad del Carmen conoció a una joven de apellido Domínguez, con quien se casó. El amor lo hizo anclarse con sus refrescos caseros a ese lugar a finales del siglo XIX.

Mientras en ese entonces John Stith Pemberton inventaba la Coca Cola con vino, nueces de cola y hojas de cola en una farmacia de Atlanta en 1886, un año antes José María Pino Rusconni comenzó a vender en México su bebida de plátano y vainilla, también de color negro.

El MODO relata que en 1885, su hijo, quien tenía el mismo nombre, le propuso embotellar y vender esa bebida que preparaba para familiares y amigos, así que los dos ‘José Marías’ la llamaron Sidra Pino y comenzaron a venderla en tienditas en Campeche y Yucatán, “fue así como nació la primera embotelladora de la región”.

Su sabor viajaba a lomo de mula a todos los pueblos. Con el tiempo incorporó más sabores de Sidra Pino (agua mineral, cebada, jamaica, toronja, manzana, uva, mandarina y limón), también Orange Pino y el famoso Soldado de Chocolate.

¿Quién inventó el Soldado de Chocolate?

Esas botellas de leche con chocolate se lanzaron en 1950, un año después de la muerte de su fundador, quien había dejado en partes iguales la empresa a sus tres hijos: Raúl, Víctor y Luis Alfonso.

Según MODO, en ese año Luis Felipe Pino Domínguez obtuvo la concesión de una empresa de Chicago para fabricar el Soldado de Chocolate; otras versiones afirman a que la estadounidense surgió después.

La bebida se volvió una sensación en la Península, también tuvo sabores de vainilla y fresa, aunque no tuvieron tanto éxito como el de chocolate.

El Museo del Objeto del Objeto destaca que esa bebida representó “un triunfo empresarial en la península yucateca” y retoma el testimonio del bisnieto del capitán, Luis Pino Cardeña, quien vivió los cambios en el siglo XX, cuando la embotelladora de Sidra Pino llevó por primera vez a Coca Cola a la región en 1935:

“Me tocó ver las antiguas máquinas de pedales que usó mi abuelo para taponar los envases de cristal, que tenían una canica para dosificar la salida del refresco. Eran botellas de 8 onzas, labradas, pues no se acostumbraba ponerles ninguna etiqueta... A la gente no le gusta la nueva bebida (Coca Cola) porque, aunque también es negra, sabe muy diferente a la Sidra Pino”.

¿Cuándo se dejó de vender el Soldado de Chocolate?

Pese al éxito de los Soldados de Chocolate y la preferencia local de Sidra Pino, los hermanos Pino vendieron la empresa en 1965 a un empresario libanés llamado Halim Gáber, quien la trabajó al lado de sus hijos Felipe y William.

Para la década de los 90, Coca Cola lanzó una bebida de chocolate llamada Bevi que compitió con los Soldados, además de que otras grandes refresqueras como Pepsi comenzaron a ganar terreno.

La ola de los soldados siguió hasta 2011, cuando la empresa cerró definitivamente luego de que no pudo con la competencia, además de que sus empleados entraron en huelga por adeudos pendientes.

Su sabor sigue siendo recordado con cariño en la región, cuentan que los pescadores de Campeche se iban al mar con Soldados de Chocolate y no con caguamas, para saborear sus tortas de lechón.

La famosa botella transparente que dejaba ver su chocolatoso contenido, entre colores rojo y blanco estampados, se ha convertido en un producto codiciado por coleccionistas, a la fecha se venden en algunos grupos especializados.

“El diseño de la botella y la imagen del soldado eran fascinantes; aún conservo algunas tapas metálicas rojas con el logotipo blanco. Se hablaba y se habla, con orgullo, de la Sidra Negra y el Soldado de Chocolate”, describe Adela Vázquez, quien destaca su importancia en las identidades de Yucatán.

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