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La aspiración del descarado Kei Nishikori

Es el único varón del continente asiático que integra el Top 10 del ranking de la ATP (quinto lugar actual), y aspira a colgar su bandera en el podio liderado por Novak Djokovic y seguido por Roger Federer. Si el representante japonés triunfa en el Abierto Mexicano de Tenis, el tercer lugar mundial será suyo.

Con 25 años, Kei Nishikori es el asiático que mejor ha jugado al tenis en la historia profesional del deporte. Es el único varón del continente más poblado del mundo capaz de integrar el Top 10 del ranking de la ATP (quinto lugar actual) y aspira a colgar su bandera en el podio liderado por Novak Djokovic y seguido por Roger Federer. Si el representante japonés triunfa en el Abierto Mexicano de Tenis, el tercer lugar mundial será suyo.

Ayer el ucraniano Alexandr Dolgopolov fue víctima del juego oriental. Los movimientos de Nishikori comenzaron un proceso de pulido desde los cinco años, edad a la que empezó a jugar en Shimane. Un par de décadas después se convirtió, junto a Milos Raonic, en un jugador ajeno al territorio europeo lo suficientemente bueno como para ocupar los primeros sitios de élite.

La disciplina fue la base: Eri, su madre, era maestra de piano; Kiyoshi, su padre, un ingeniero. Kei se despidió de sus familiares a los 14 años para ir a prepararse a la Academia IMG de Nick Bollettieri en Florida, Estados Unidos, sin saber hablar inglés. Masaaki Morita, quien era CEO de Sony, fue el encargado de patrocinar su formación en la escuela donde se iniciaron figuras como Andre Agassi, Maria Sharapova y Serena Williams.

Debutó como profesional en 2007 y al año siguiente la ATP lo nombró el novato del año. Ahora el nipón suma en su cuenta personal 8 millones 438 mil 556 dólares en premios y su historial presume 199 victorias contra 107 derrotas. A su edad, Roger Federer ya había ganado casi seis veces más premios que él, pero su desempeño ha ido madurando gracias a entrenadores como el argentino Dante Bottini y, actualmente, Michael Chang. El club de los punteros parece que tendrá un nuevo miembro, cuyo éxito quizás llegó un poco tarde.

Chang es uno de los tres estadounidenses con una corona de Roland Garros desde que se instauró la época abierta en 1968. Su pupilo fue el primer hombre asiático que disputó una final de Grand Slam y fue en el US Open de 2014. En los octavos de final se enfrentó contra su actual perseguidor más cercano en el ranking: Milos Raonic. El duelo duró más de cuatro horas y terminó a las 2:26 de la mañana. A pesar del desgaste, el oriental siguió derrumbando gigantes; derrotó al suizo Stanislas Wawrinka en la ronda siguiente y Novak Djokovic, número uno del mundo, fue sorprendido en la antesala de la final. Sin embargo, Marin Cilic le arrebató el sueño de vencer en un torneo grande.

Roger Federer es el ídolo del mejor tenista del país del sol naciente, inclusive un póster pendía de la pared de su cuarto. Esa admiración se pudo convertir en rivalidad cuando compartieron cancha dura en la final del Abierto de Basilea en 2011. El europeo ganó 6-1, 6-3, pero el isleño obtuvo su revancha en el Masters de Madrid de 2013, donde obtuvo una victoria a pesar de los pronósticos. Hoy la tarjeta va 3-2 a favor del suizo.

Hace menos de 15 días, Kei levantó la Guitarra del torneo de Memphis. Ahora Acapulco es una revancha, pues la última vez que se presentó en el Puerto (2012), el francés Jeremy Chardy lo echó en la ronda de octavos de final.

El sembrado número uno de la justa costera deberá medirse ante el sudafricano Kevin Anderson, quien es el rival que lo separa del partido definitivo. Andy Murray (derrotado por el adolescente Berna Coric en los cuartos de final del torneo de Dubái) ve cómo se tambalea su lugar en el ranking ante el despliegue del oriental, cuyo juego mantiene una curva ascendente.

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