Política

Atacar pobreza, reto de la cruzada contra el hambre


 
José Antonio Gurrea C.
 
Con el reto enorme de disminuir la pobreza y la pobreza extrema o, al menos, detener su acelerado incremento —lo que no han logrado las anteriores administraciones federales—, el presidente Enrique Peña Nieto pondrá hoy en marcha en Las Margaritas, Chiapas —bastión del EZLN—, la llamada Cruzada Nacional contra el Hambre.
 
Se trata de un desafío mayúsculo, pues a pesar de que de 2006 a 2012 se destinaron al presupuesto de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) 414,468 millones de pesos, y que este año los recursos de esa dependencia se incrementaron en 10,392 millones (pasaron de 84,859 millones el año pasado a 95,251 este 2013), la pobreza sigue en aumento.
 
Recientes cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) y de la propia Sedesol indican que el número de personas en pobreza y pobreza extrema se incrementó durante el sexenio pasado, al pasar de 48.8 a 52 millones y de 11.7 a 13 millones, respectivamente.
 
Además, un índice sobre zonas rurales y urbanas de atención prioritaria, elaborado por la dependencia encabezada por la experredista Rosario Robles, establece que en el comparativo entre 2012 y 2013 el número de municipios pobres en el país creció 27%, mientras que las colonias urbanas más empobrecidas aumentaron 9.6%. Ese listado sobre las zonas de atención prioritaria fue avalado por la Cámara de Diputados y acompaña al Presupuesto de Egresos de la Federación para este año.
 
De acuerdo con este documento, los municipios marginados —donde al menos 25% de su población se encuentra en situación de pobreza multidimensional extrema, y tienen grados de marginación muy altos o altos— pasaron de 849 a 1,081 en sólo un año, lo que significa que alrededor de 44% de los 2,457 municipios del país enfrentan pobreza.
 
Al respecto, los más de 1,000 municipios empobrecidos se encuentran ahora en 26 entidades, mientras el año pasado abarcaban 22 estados. Asimismo, el número de personas que viven en éstos pasó de 11 millones a 15.5 millones de mexicanos. Pese a ello, se informó que la cruzada contra el hambre sólo se aplicará en 400 municipios, donde viven alrededor de ocho millones de personas en pobreza extrema.
 
Debutantes
 
Morelos, Quintana Roo, Tabasco y Tlaxcala son las entidades que este año aparecen por primera vez en el índice de municipios de muy alta y alta marginación, lo que evidencia que el problema va al alza.
 
En números absolutos, de acuerdo con ese documento, la lista de estados con municipios más pobres la encabezan Oaxaca, con 446; Puebla, con 129; Veracruz, con 117; Chiapas, con 100, y Guerrero, con 71. Sin embargo, en términos relativos Guerrero, Chiapas y Oaxaca se encuentran en los 3 primeros lugares, con 87.6, 84.7 y 78.2%, respectivamente.
 
Por otra parte, de 2012 a 2013 el número de manzanas donde se ubican las familias más empobrecidas en las urbes del país pasó de 335,418 a 367,763; es decir, 32,345 más en 1,788 localidades urbanas de 1,024 municipios de las 32 entidades federativas.
 
Esas manzanas incluyen un total de 3.87 millones de hogares. Si partimos de que conservadoramente cada familia tiene en promedio cuatro integrantes, estaríamos hablando de 15.48 millones de personas a los que habría que agregar los 15.5 millones que habitan en los municipios más pobres de las áreas rurales del país. Esto es 31 millones de mexicanos.
 
¿Cambio de modelo?
 
Hace poco más de una semana, el 10 de enero, el presidente Enrique Peña Nieto admitió que la única forma de combatir realmente la pobreza es mediante el crecimiento económico y la productividad.
 
Y aunque dijo que en tanto se logre esa transformación seguirá habiendo apoyos y transferencias a los más necesitados, Peña Nieto fue claro al señalar que el énfasis de su administración estará en la educación y en la capacitación de las personas en condición de pobreza y pobreza extrema.
 
Coincidió con el primer mandatario, el subsecretario de Desarrollo Urbano y Ordenación Territorial de la Sedesol, Javier Guerrero García, quien también ese día reconoció, ante una pregunta de EL FINANCIERO, que el reto fundamental de esta administración federal será pasar de las "transferencias y apoyos a construir un modelo que permita insertar a la población 4 en pobreza y pobreza extrema al empleo, la actividad productiva y la autosuficiencia".
 
Pese a estas declaraciones, habrá que destacar —como lo informó oportunamente este diario— que una revisión al Presupuesto de Egresos para este año revela que la nueva administración federal sigue prácticamente con los mismos programas sociales de gobiernos pasados, no obstante que la cifra de pobres continúa en ascenso.
 
En este contexto, en el presupuesto de la Sedesol destacan programas de combate a la pobreza como Oportunidades, el de apoyo alimentario, para la prevención de riesgos en los asentamientos humanos, de apoyo a condiciones de pobreza patrimonial para regularizar asentamientos humanos, el de rescate de espacios públicos, el de estancias infantiles para apoyar a madres trabajadoras y el de empleo temporal, entre otros. Todos ellos creados bajo las administraciones panistas.
 
Mención aparte merece el Programa para el Desarrollo de Zonas Prioritarias, cuyo presupuesto aumentó únicamente de 6,411 millones de pesos en 2012 a 6,631 millones este año, pese a que —como ya se dijo— en un solo año el número de zonas de atención prioritaria pasó de 847 a 1,081 municipios rurales y de 335,418 a 367,763 manzanas urbanas.
 
Prácticamente, el único nuevo programa de combate a la pobreza es el seguro de vida para jefas de familia, con un presupuesto de apenas 400 millones de pesos al año, pues el Programa 70 y más ya existía, pero se amplió y ahora apoyará a los adultos mayores de 65 años.

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