
Ante ello, los ciudadanos alistan una propuesta en la que se plantearán reformas a los códigos de
procedimientos electorales y propondrán cambios al
financiamiento de la
vida político-electoral en nuestro país.
Para la presidenta de la organización Transparencia Mexicana,
María Marván Laborde, el problema del financiamiento de las campañas electorales es uno de los obstáculos más importantes en términos de prevenir la corrupción de la política en cualquier lugar del mundo.
Aunque aún no existe un
proyecto específico ya redactado, considera que habría que poner, en primer lugar, francos diques al
gasto que puedan ejercer los gobiernos ya sea
federal,
estatal o
municipal, en una campaña de determinado
candidato.
Además, agrega en charla con El Financiero, es necesario evitar, en la medida de lo posible, que entre dinero del
crimen organizado a las campañas políticas, para lo cual la principal acción de contención en la medida posible es evitar el manejo de efectivo durante las campañas.
“(El problema) es la bajísima bancarización que existe en este país. En la medida en que haya una
mayor bancarización, (es decir) que la mayor parte del dinero o del gasto que se hace en este país, a nivel de particulares y a nivel de gobierno, se haga a través del
sistema bancario, creo que tendríamos mucha mayor facilidad para darle seguimiento”, aseveró.
En otro sentido, la exconsejera electoral considera que los topes de gastos de campaña establecidos representan un grave problema, porque no sólo son
“irreales”, sino porque además representa
“una ficción contable” la separación de lo que gasta el partido político de lo que gasta cada uno de los candidatos.
Por tanto, es necesario establecer
límites a los
topes de
gastos de campaña que sean más reales.
Así, para algunas voces, es necesario además reducir el financiamiento público y, al mismo tiempo, abrir el privado estableciendo más controles.
El poder ocultoNo obstante, de acuerdo con
José Fernández Santillán, catedrático del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Ciudad de México, el poder
oculto del
dinero sucio en las
campañas escapa a los mecanismos tradicionales de investigación.
“Cualquier
cálculo que se haga es
aproximativo. A riesgo de errar en las aproximaciones. No sabes exactamente de cuánto dinero estamos hablando, porque
no se puede
cuantificar, en primer lugar, porque no pasa por los tamices del
cálculo hacendario o ni siquiera de la contabilidad, pero existe”, asevera.
Considera que la
corrupción y la
impunidad representan los grandes males que aquejan a la democracia, porque –cita a
Giovanni Sartori– cada vez hay más
dinero circulando en el ambiente y los mecanismos institucionales que tenemos para
defender a la
democracia no son suficientes para el tamaño del
problema que tenemos enfrente.,
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