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El general José Francisco Gallardo, quien hace años realizó la inédita propuesta de crear un ombudsman para las fuerzas armadas y quien llegó a contar con el respaldo del hoy presidente Andrés Manuel López Obrador cuando era dirigente de Morena, falleció víctima de COVID en la Ciudad de México.
Permaneció encarcelado del 9 de noviembre de 1993 hasta su liberación el 7 de febrero de 2002, la cual se logró por intervención de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que, después de analizar su caso, falló a su favor.
El militar siempre aseguró su inocencia respecto a delitos como indisciplina y desvío de recursos, entre otros, que le imputó la Sedena y acusó que se trataba de una fabricación de pruebas en represalia del “alto mando militar”.
Pese a que fue excarcelado, el Ejército lo despojó de sus derechos y grado de general, por lo que interpuso un amparo en el Quinto Tribunal Colegiado en Materia Administrativa.
Gallardo fue candidato a gobernador de Colima por Morena en las elecciones de 2015 – año en el que fue apoyado por López Obrador, entonces dirigente de Morena- y los comicios de 2019; actualmente se desempeñaba como asesor en el Senado.
Se había distanciado del presidente de la República, lo que fue evidenciado al señalar en una entrevista que los militares lo habían “doblegarlo” en referencia al caso del general Salvador Cienfuegos, preso y liberado por el gobierno de Estados Unidos.
El ala conservadora del Ejército insistió en que era un delincuente y nunca le perdonó haber denunciado a la institución ante la comisión y la corte Interamericana de Derechos Humanos.
Durante uno de múltiples foros sobre fuerzas armadas en los que compartió mesa con miembros de la Sedena, un militar de alto nivel le espetó: “Usted mejor ni hable, le recuerdo que aunque usted se ostente como general, ya no lo es”.