Food and Drink

¿Cuántos kilos puedes subir si tomas un refresco diario?

¿Puedes tomar refresco diario sin aumentar de peso? Esta bebida es una de las favoritas en las mesas mexicanas, pero los efectos secundarios tienen un ‘amargo’ costo para tu salud.

¿Qué tan inofensiva es esa lata de refresco que bebes todos los días? Ese consumo continuo de este tipo de bebidas puede tener consecuencias en tu cuerpo, desde tu hígado, riñón y uno de los efectos secundarios más notorios es en el peso corporal.

El ‘chesco’ es un sabor que se ha vuelto casi inseparable en las mesas mexicanas porque ¿quién comería un taco de carnitas con agua simple?

Si bien un vasito de refrescos esporádicamente podría no tener mayor impacto si en general llevas una vida saludable (con actividad física y alimentación equilibrada), beberlo diario no es la mejor idea para tu cuerpo.

¿Qué pasa si tomo refresco todos los días?

Los refrescos entran dentro de la categoría de bebidas azucaradas, al lado de las energéticas y deportivas, se caracterizan por tener azúcar añadido o edulcorantes (jarabe de maíz de alta fructosa, sacarosa y más).

Harvard T.H. Chan School of Public Health considera que éstas deben evitarse (ni siquiera moderarse) y están al fondo de su listado de bebidas más y menos saludables, ya que tienen demasiadas calorías, azúcar agregada y ningún nutriente. Tampoco hay una recomendación segura de qué cantidad puedes ingerir.

En diversas investigaciones se ha encontrado que el aumento de peso y la obesidad se relaciona con un consumo cotidiano de bebidas azucaradas, aunque ese esa es solo la ‘punta del iceberg’, ya que con eso viene una oleada de riesgos de:


  • Desarrollar diabetes.
  • Enfermedades del corazón.
  • Gota (forma de artritis que provoca dolores agudos en las articulaciones).
  • Daños a los riñones: desde cálculos hasta insuficiencia renal y demás padecimientos.
  • Hígado graso.

¿Cuánto té hace subir de peso el refresco?

Harvard explica que si tomas una lata de refresco diario (355 ml) estás sumando a tu dieta alrededor de 150 calorías y, si no reduces el contenido de calorías de otra parte, en un año estarías subiendo incluso 2.2 kilos.

Esta tendencia a aumentar de peso se ha visto en diversas investigaciones, por ejemplo, un estudio del American journal of public health (2007) en el que se estudió durante 20 años a 120 mil hombres y mujeres encontró que quienes ingirieron 355 ml al día ganaron en promedio medio kilo más cada 4 años.

En tanto, otra investigación de The Lancet (2001) en menores de edad vio que por cada lata o vaso adicional de refresco que los niños consumían al día aumentaban hasta un 60 por ciento sus posibilidades de padecer obesidad.

Quizá podrías pensar que si tomas tu refresco diario y haces ejercicio eso será suficiente... pero no.

Un estudio de International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity (2020) reveló, de nuevo, que la ingesta de una ración diaria de refresco se relaciona con un aumento de peso sin importar la actividad física:

  • Personas que cumplieron las recomendaciones de actividad física de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aumentaron 0.36 kg/año por ración de refresco.
  • Personas sin suficiente actividad física incrementaron 0.48 kg/año.

“La actividad física durante el tiempo libre no modificó la asociación entre la ingesta de refrescos y el aumento de peso. Este hallazgo cuestiona la idea de que la actividad física en el tiempo libre sea suficiente para contrarrestar el aumento de peso asociado a la ingesta de refrescos”, menciona la publicación.

¿Por qué el refresco hace subir de peso?

Harvard explica que las personas que toman refresco no se sienten tan llenas como si hubieran consumido la misma cantidad de calorías en alimentos sólidos, además de que no compensan la alta cantidad que ingieren al comer menos.

Es decir, entre más bebidas azucaradas se toman por día, más calorías se ingieren después en las comidas. Dicho sitio agrega que esto no pasa con alimentos sólidos, pues las personas luego consumen menos tras una comida abundante.

Hay varias posibles razones para esto, como que los líquidos no dan la misma saciedad que los sólidos y que los refrescos dulces estimulan el apetito de más alimentos dulces o con carbohidratos.

¿Qué pasa si dejo de tomar refresco?

En contraste, tomar agua en lugar de refresco se relaciona con menor aumento de peso a largo plazo, es más, si bebes con frecuencia bebidas azucaradas y las dejas podrías bajar de peso, además de que verás otros efectos positivos como una piel y dientes más saludables y menos riesgo de enfermedades.

Según un artículo de Live Strong, olvidarte de esas 150 calorías por lata de cada día representa un cambio importante: se traduce en 1050 calorías menos al año (alrededor de 6 kilos), lo cual podría ser más si llevas una mejor alimentación y ejercicio.

¿Qué hacer para dejar de tomar refresco?

Algunos especialistas recomiendan a los bebedores habituales de refresco cambiar de regular a light (con edulcorantes en lugar de azúcar) una medida que también causa polémica, porque esto puede hacer más difícil adaptarse a sabores menos dulces.

Hay varias formas en las que puedes reducir gradualmente tu consumo, ya que hay algunos efectos que podrías experimentar al dejarlo de golpe, por ejemplo, podrías cambiar a versiones más pequeñas y beber más agua simple.

Harvard recomienda sustituir el refresco por agua con gas para no extrañar tanto las burbujas, a la cual se le puede agregar sabor: jugo de limón, hierbas frescas, o bien, té casero.


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