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Congreso de Yucatán aprueba matrimonio igualitario

La decisión se dio con 20 votos a favor y cinco en contra.

El Congreso de Yucatán aprobó, con 20 votos a favor y cinco en contra, el matrimonio igualitario, con lo cual Yucatán se convierte en el estado número 22 del país en contar con esta figura jurídica.

Para lograr el matrimonio igualitario en su tercer intento, se llevó a cabo una larga sesión de más de cuatro horas, donde los diputados de las seis fracciones que integran la 62 Legislatura de Yucatán debatieron sobre el tema, para luego decidir con su voto.

Así, 20 diputados se pronunciaron a favor con sus argumentos y cinco se manifestaron en contra de la modificación al artículo 94 de la Constitución Local.

Con esta reforma se establece que el matrimonio o concubinato no solo es entre nombre y mujer sino también la unión entre personas del mismo sexo.

La votación del matrimonio igualitario dividió a las fracciones de los Partidos Acción Nacional y del Revolucionario Institucional, ya que dos priistas y tres panistas se manifestaron en contra.

Los tricolores Marco Rodríguez Ruz y Mirthea Arjona y los blanquiazules Rosa Díaz Lizama, Manuel Díaz Suárez y Víctor Merari Sánchez Roca votaron en contra de esta figura jurídica solicitada por los diferentes grupos de la sociedad.


Durante la sesión sólo los diputados a favor expusieron sus argumentos sobre la importancia de contar en Yucatán con este derecho.

La legisladora independiente y promotora del Matrimonio Igualitario, Milagro Romero Bastarrachea, puntualizó que esta modificación a la Constitución es correcta, pues la Suprema Corte de Justicia de la Nación así lo dictaminó.

El diputado del Movimiento de Regeneración Nacional, Luis Hermelindo Loeza señaló que en Yucatán existe la libertad de expresión y el libre albedrío. “Cada quien tiene el derecho y la libertad de vivir con quien quiera, por ello voto a favor”, refirió.

El priista Felipe Cervera Hernández subrayó el esfuerzo y compromiso de la 62 Legislatura de Yucatán, la cual, manifestó, no se escondió, acobardó, ni “pateó la lata”.

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