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Mafalda, la niña entrañable que cumplió el medio siglo

La pequeña a la que no le gusta la sopa es, quizás, uno de los personajes más importantes de América Latina en el siglo XX. En 2014 cumplió 50 años y su rostro sigue enamorando a las nuevas generaciones. 

Cincuenta años y tan fresca. Así como el rostro infantil de Mafalda, sus ideas se mantienen vigentes a través de los años. El 29 de septiembre de 2014, la niña irreverente, fanática de los Beatles, llegó al medio siglo. Su creador, el humorista argentino Joaquín Lavado Quino, la acompañó durante los actos conmemorativos de su primera aparición en el semanario Primera Plana, de Buenos Aires.

"¡Sonamos, muchachos! ¡Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno!", dice Mafalda a sus amigos en una tira. Es observadora y atenta. Con frecuencia escucha conversaciones a su paso, como cuando una señora le pregunta a otra, al enterarse de que alguien murió: "¿Cuántos años tenía?", y la niña se aleja pensando: "¿Qué importan los años? Lo que realmente importa es comprobar que al fin de cuentas, la mejor edad de la vida es estar vivo".

En octubre de 2014, Penguin Random House publicó reediciones de la serie de 12 volúmenes de Mafalda, los seis libros de humor de Quino, y otros como Quién anda ahí, para unirse a la celebración del cumpleaños de la pequeña crítica. El 24 del mismo mes, Quino recibió en España el Premio Príncipe de Asturias en la categoría de Comunicación y Humanidades. En la entrega, el rey Felipe VI aseguró que su obra tiene "un sentimiento genuino de profunda humanidad".

El caricaturista dijo a la prensa mexicana que Mafalda sigue vigente porque "el mundo no ha cambiado tanto". Con un dejo de desencanto, aseguró que el orbe que se vislumbraba en la década de 1960 no fue. "La época en la que yo dibujaba a Mafalda, prometía grandes cambios", recordó, al destacar figuras como la del Che Guevara y movimientos sociales como el feminismo. "Creímos que todo iba a cambiar para mucho mejor y lamentablemente no fue así". Y es que, agregó, "a medida que vas sumando años, te vas volviendo más incrédulo, pero hay que tener fe en el ser humano, pese a todas las barbaridades que hacemos".

Desde el papel (y también en la web), Mafalda sigue cuestionando. Viviendo entre juegos y preocupaciones, pues, como advierte en uno de sus cuadros, "mejor me preocupo por mi niñez nomás, que todavía la tengo a la mano".

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