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Alexei Navalny, principal opositor de Putin, termina huelga de hambre

La salud del crítico del Kremlin provocó una ‘amenaza’ de EU, que dijo que habría consecuencias si moría.

El líder de la oposición rusa, Alexey Navalny, dijo este viernes que terminará una huelga de hambre de 24 días que ha alimentado las tensiones con Occidente y ha despertado la preocupación de que el crítico más destacado del Kremlin pueda morir en prisión.

“Estoy iniciando el final de la huelga de hambre”, escribió Navalny en su cuenta de Instagram este viernes.

La difícil situación de Navalny fue una fuente importante de tensión entre el Kremlin y Occidente, y la Casa Blanca advirtió sobre consecuencias no especificadas si moría. El político opositor de 44 años tomó la decisión de detener su acción de protesta luego de tener acceso a médicos externos por su salud en deterioro, una demanda que hizo cuando dejó de comer el 31 de marzo.

Decenas de miles de personas se unieron a protestas en ciudades de Rusia esta semana para exigir atención médica para Navalny en las mayores manifestaciones no autorizadas desde su sentencia en febrero. La policía detuvo a más de mil 900 personas en los mítines, según el grupo de monitoreo OVD-Info.

Las protestas fueron las que llevaron a las autoridades a buscar un examen independiente para Navalny y luego entregar los resultados a su equipo médico, escribió en Twitter su aliado Leonid Volkov.

La defensora del pueblo de derechos humanos del Kremlin, Tatiana Moskalkova, aseguró el miércoles que la vida de Navalny no está en riesgo y que está recibiendo toda la atención necesaria, incluido un goteo intravenoso.

Navalny continuó publicando mensajes optimistas en Instagram incluso cuando su salud empeoró, bromeando esta semana que parece un esqueleto que podría usarse para asustar a los niños para que terminen sus comidas. Las autoridades lo habían trasladado a un hospital penitenciario en Vladimir, una ciudad a 180 kilómetros al este de Moscú, el 18 de abril.

El opositor de Vladimir Putin regresó a Rusia en enero después de meses de tratamiento en Alemania luego de un envenenamiento con un agente nervioso del cual él y los gobiernos occidentales culpan al Kremlin. Fue encarcelado a su llegada por violar los términos de una sentencia suspendida dada por una condena penal anterior. Rusia niega su responsabilidad por el ataque y dice que su caso no es político.


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