Tras el reboarding la inversión en el negocio de la hospitalidad mantiene dinamismo, especialmente en destinos ganadores de la dinámica pandémica.
2022 fue para los destinos de playa el período de mayor recuperación, dado que Cancún y Los Cabos superaron incluso los niveles pre pandemia. En el primer caso, la ocupación llegó a 76%, mientras que en Los Cabos fue de 69%, de acuerdo con el reporte Panorama de Hotelería y Turismo más reciente de la firma CBRE.
El reporte destaca que el año pasado, se registró la apertura de 39 hoteles de 3 a 5 estrellas, incorporando más de 9,100 unidades.
Del universo medido, la mayor participación del total en el período fue en Cancún con un estimado de 4,233 cuartos abiertos, seguido de Riviera Maya y Playa del Carmen con 1,549 y 1,141 cuartos, respectivamente.
Este dinamismo permite que en los principales centros turísticos de México se encuentren más de 7,150 cuartos en proceso de construcción con la categoría de 3 a 5 estrellas.
Del crecimiento previsto, Cancún concentra más de 1,600 cuartos en construcción, seguido por Ciudad de México (CDMX) y Riviera Maya con 1,500 y 900 cuartos.
Esta dinámica obedece según Pedro Delgado, director de la división hoteles y hospitalidad de Newmark México y Latinoamérica, a que “la actividad hotelera se sigue recuperando después del reset que se vivió durante la pandemia. Algunos destinos no sufrieron, al contrario se vieron beneficiados por la política de fronteras abiertas que se dictó en México, destinos con conectividad aérea principalmente dirigido a turismo internacional como Los Cabos, Puerto Vallarta y Riviera Nayarit, y el corredor Cancún-Tulum”.
Delgado también considera que la recuperación no sólo es exclusiva de estos destinos, sino otros soportados en el turismo nacional, en especial los destinos cercanos carreteros en viajes de poca duración con familiares en ambientes controlados.
“Poco a poco se ha mejorado en la movilidad y ya se incluyen viajes de destino utilizando transporte aéreo y activando la actividad turística doméstica. Es un proceso innegable en el que las cadenas hoteleras tuvieron que replantear los servicios e incluso adecuar las instalaciones con servicios, más espacio en habitaciones, áreas comunes y mezclar el viaje de ocio, con la familia y de trabajo”, concluye.
La evolución en el ritmo de crecimiento es también efecto de la evolución y ocupación hotelera.
Al inicio del mes en curso, la ocupación en 44 destinos era de 57.8%, un nivel similar a 2022, pero aún debajo del 61.4% de 2019 año del inicio de pandemia, de acuerdo con el reporte Outlook Turístico generado por el Centro de Investigación y Competitividad Turística Anáhuac (CICOTUR).
Resorts, residencias y tendencias

Sin embargo, la evolución de los destinos ganadores en playas mexicanas va más allá del crecimiento. En los últimos 3 años, se ha observado la inclusión del componente residencial, una fórmula adoptada por un cada vez más frecuente número de empresas.
En este sentido, Enrique Calderón Fernández, vicepresidente de operaciones en Grupo Posadas asegura que los proyectos de resorts con residencias están tomando una relevancia importante como vehículo para reducir el nivel de apalancamiento de la inversión para las empresas.
A lo anterior destaca como tendencia cambios de banderas en varias propiedades que esperan convertir más valor por su inversión.
El reporte de CBRE menciona sobre el particular, transacciones de activos concentradas en ciudades principales en hoteles de negocios y se espera que la actividad continúe por lo menos con dos transacciones más que están en fase de revisión (COFECE) hacia el cierre para 2023.
Sin embargo, Calderón cree que el gran crecimiento en destinos de playa, alcanzando niveles históricos en ingresos a partir de la reactivación de proyectos en diferentes destinos como República Dominicana, Cancún, Vallarta, los Cabos y diferentes destinos en México genera una inercia positiva.
El directivo visualiza que la adopción de tendencias cada día más frecuentes como la popularidad de los viajes combinados (negocios y ocio), el hábito de los consumidores de nuevas generaciones en crear inspiración en sus viajes y la sostenibilidad como un elemento clave en la agenda del viajero, es decir “viajar con sentido”, serán clave para mantenerse competitivo en la industria.




