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Se tomaban ‘hasta el pulso’: ¿Qué tanto bebían Paco Stanley y Mario Bezares?

De acuerdo con Mario Bezares, quien fue gran amigo de Paco Stanley, bebían desde el desayuno y hasta las 3, 4 de la mañana.

La vida de Paco Stanley terminó el 7 de junio de 1999, cuando fue asesinado afuera del restaurante El Charco de las Ranas. Y a 24 años de este suceso, se estrenó la serie El Show: Crónica de un Asesinato, en donde se habla sobre los sucesos que rodearon su muerte.

Desde que salió al aire esta producción, también se han revivido una serie de declaraciones realizadas por personas cercanas a él, entre ellas las de Mario Bezares, con quien trabajó durante muchos años.

De acuerdo con lo que ha compartido Bezares en los últimos años, él y Paco Stanley eran asiduos consumidores de bebidas alcohólicas a tal grado de tomar hasta 18 horas al día.

Mario habla sobre cuánto tomaban él y Paco Stanley

Una de las entrevistas que los internautas han revivido en redes sociales fue la que Bezares sostuvo con Yordi Rosado en 2021, donde platica que empezaron a tomar grandes cantidades de alcohol cuando su programa ¡Pácatelas! empezó a tomar gran relevancia en la televisión mexicana.

Además, ya teniendo confianza y haciéndose más cercanos, disfrutaban de tomar alcohol, aunque no precisamente en bares o fiestas; gran parte del tiempo se la pasaban en su oficina.

“No hacíamos fiesta, nos quedábamos en la oficina. No éramos fiesteros de rumba, éramos unas personas que hacíamos oficina pero nos quedábamos 18 o 20 horas chupando en la oficina. (…) ¡Hasta el pulso nos tomábamos!”, aseguró Bezares.


Todo iniciaba desde el desayuno

Tras confesar que tomaban mucho, ‘Mayito’ hizo una lista aproximada de cómo era un ‘día normal’ en la vida de ambos, pues empezaban a beber desde temprano y así se llevaron diario durante aproximadamente seis o siete años.

“El domingo descansábamos porque teníamos que atender a la familia”, dijo. A partir del lunes, ambos quedaban en ir a desayunar, teniendo ya sus sitios predilectos.

“‘¿Chelita?’ ‘Ah, pues una chelita’. Nos reventábamos dos chelitas en el desayuno. Nos íbamos a la oficina y de repente como a las dos, tres de la tarde: ‘Vamos a comer’ ‘Ah, pues vámonos a comer’”, señaló.

Llegando la hora de la comida, tomaban alrededor de 12 tragos, entre los que destacaban martini, cerveza, whisky y anís, estos últimos sirviéndoles como digestivos.

“‘¿Un martini?’ ‘¡Pues un martini!’ Yo seco y él martini dulce; tres y tres. Comemos con la chelita. Un chinchón y un chinchón, es decir anís dulce con anís seco. ‘Orale, sí’, tres y tres. Ya nos empalagó. ‘¿Whiskito?’ ‘Ah pues un whiskito’. Unos cuatro whiskitos en el restaurante”.

La oficina: El lugar donde pasaban largas horas bebiendo alcohol

Después de la comida, Bezares cuenta que regresaban a la oficina ya sintiéndose ‘entoncados’, y en el camino Stanley hacía una llamada para que les tuvieran listas botellas con distintos tipos de alcoholes, mismos que tomaban ‘en las rocas’. Con el paso de las horas, empezaban a mezclar.

“Paco hablaba a la oficina y decía: ‘A ver, una de etiqueta negra, whisky; un Appleton dorado, tequila para Mario, Herradura, reposado; un coñac, sí, Medaillon, y un Wyborowa’. (...) Yo me reventaba la botella de tequila, él se reventaba su botella de whisky solo, y luego empezábamos a campechanear el Appleto, el Wyborowa y terminábamos con el coñac”, compartió.

Después de bajarle gran cantidad a las botellas, se daban cuenta que ya eran las tres, cuatro de la mañana del día siguiente, momento en que decidían dejar de beber, ir a dormir y prepararse para un nuevo programa.

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