Espectáculos

Verónica Forqué, el adiós a una chica Almodóvar

La ganadora de cuatro premios Goya falleció en su casa de Madrid a los 66 años.

La luz de la actriz española Verónica Forqué se apagó, pero no lo hizo la larga trayectoria artística que dejó tras de sí con un salto a la fama gracias a ser una de las protagonistas del director Pedro Almódovar gracias a filmes como ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984), Matador (1986) y Kika (1993) en la década de los setenta y ochenta.

Quien fuera encontrada muerta en su casa de Madrid a los 66 años forjó una exitosa carrera dentro de la comedia española desde su debut en 1972 en Mi querida señorita. Verónica es hija del director de cine José María Forqué, con quien trabajó en películas como Una pareja…distinta (1974) o El segundo poder (1976).

La nacida en 1955 estudió cine dramático y posteriormente psicología, aunque no terminó esta última carrera. Entre los créditos de sus actuaciones firmó con directores como Basilio Martín Patino, Fernando Colomo, Luis García Berlanga, Fernando Trueba, Manuel Iborra o Manuel Gómez Pereira.

La popularidad la alcanzó de la mano de Almodóvar con el personaje de Cristal, una prostituta, en un elenco que también incluyó a Carmen Maura y Luis Hostalot. La ganadora de cuatro premios Goya, que incluyen la dupla que se llevó en 1987 gracias a La vida alegre como mejor actriz protagónica y Moros cristianos como mejor actriz de reparto, también formó parte de series de televisión entre las que se encuentran Amar es para siempre, Capítulo 0 o La que se avecina.

El teatro también fue una de sus pasiones tanto arriba como debajo de los escenarios, pues entre sus logros se encuentra el dirigir puestas en escena como Franco ha muerto o La tentación vive arriba. Más recientemente se encontraba grabando el programa Masterchef Celebrity, en donde fungía como concursante al mostrar sus recetas de cocina. El pasado 23 de noviembre abandonó el set: “Mi cuerpo ha dicho basta. No tengo buenas noticias. No me encuentro bien, estoy agotada”, fueron sus palabras que, sin saberlo, eran la despedida de su público.

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