Son solamente 8 países los que tienen el privilegio de ser taurinos, sin embargo, la difusión de esta cultura maravilla más allá de las fronteras.
Ha llegado julio y con ello el calor y la intensa actividad taurina a lo largo y ancho de España, uno de los países que, desde mi punto de vista, mejor vive el verano.
Parece que el viejo refrán se ha convertido en el modus operandi de los toreros mexicanos en Las Ventas de Madrid.
La fiesta del toro duró muchos siglos y fue, para quienes son o fueron aficionados, tiempos dorados que han llegado a su fin.
La primera lectura positiva es que hubo presencia mexicana, poca si consideramos que hay 87 puestos y sólo cuatro fueron destinados a toreros mexicanos.
Una vez más, aquí vienen los intentos prohibicionistas y el intento de imponer mentiras sobre una cultura y tradición que tiene más de 450 años en nuestro país.
'El Juli' tiene tanta raza torera que le vi descolocado tras la pandemia, molesto, rabioso. Esta teoría es mía, ojo, por la temporada de Morante, el surgimiento de Aguado y Ortega.
Vivimos en tiempos de Morante de la Puebla, el maestro no compite con nadie. A él todo se le ve bien, ha roto el paradigma estético del cuerpo del torero, es el balance perfecto, la torería.
Andrés Roca Rey tiene como objetivo mantenerse en la cima del toreo, la que alcanzó hace ya un par de años. Llegó a sangre y fuego al sitio de máxima responsabilidad.
Estos hombres que visten de seda y oro, que se juegan la vida por el gusto de pasarse un toro por la barriga para sentir, para vivir, son de otra pasta.