David Calderon

Promesas

Los funcionarios federales urgen a volver a la presencialidad completa a las escuelas, pero no les corre prisa para ofrecer una alternativa a quienes tenían jornada ampliada.

En una tragedia que se desarrolla por episodios, debemos alarmarnos que se aleje una reconsideración responsable, o al menos oportuna, de parte de la Secretaría de Educación Pública sobre el tema de la jornada ampliada y la alimentación.

La amplia reacción de repudio –justificada como pocas– y la exigencia de una explicación por el artero descontón que significa eliminar el financiamiento para jornada ampliada destinada a 3.6 millones de niños, y quitar los fondos para concretar más de millón seiscientas mil comidas diarias al mediodía, ha desatado de parte de los funcionarios –y ahora, al parecer, también de algunos legisladores– una larga cadena de justificaciones, pretextos y mensajes de distracción.

Se dice que la extinción de los componentes, más allá de la infraestructura, en las Reglas de Operación de La Escuela Es Nuestra (LEEN) para 2022, fue “para acabar con corrupción e intermediación”, de la que nunca se dieron detalles, no se han mostrado las denuncias y –en la peor lógica de “el burro hablando de orejas”– sin reconocer las irregularidades y posibles desvíos en los fondos destinados a mejora de instalaciones en los ejercicios pasados de LEEN. Menos aún se ha reconocido oficialmente que la exigencia de Reglas de Operación, para no quedarse en laxos lineamientos, como ocurrió en los ejercicios fiscales pasados, se hizo obligación por el apremio judicial de un amparo.

Se dice que “se está estudiando cómo”. Es totalmente contrario al sentido común, y a la eficacia mínima en el servicio público, que se elimine un beneficio social vigente y constante, que llega a millones, en aras de sustituirlo por una supuesta “versión mejor”, sin tenerla ya lista. Revela una decisión sin estudio, sin evidencia, sin alternativa, y sin programas pilotos.

Es bizarro que deba ser una mesa de trabajo de una comisión legislativa la que se proponga reunir evidencia y recabar la opinión de expertos para ver cómo subsanar esta mayúscula e indignante pifia. ¿Pues no tendría que haber sido la propia SEP y sus equipos quienes hicieran dicha exploración y convocatoria antes, mucho antes, de pasar al acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF)? ¿Desmantelan y desarticulan un programa de buenos resultados, que atiende necesidades fundamentales, sin avisarle a los antes beneficiarios, sin acordar con los estados de la Federación, sin una buena alternativa conversada con otras instancias, al menos las mismas a las que se quiere invitar ahora a discutir, como Coneval, Salud, Bienestar, DIF, las organizaciones de educación y derechos de niños, los gobiernos estatales?

Se dice “no se preocupen, que sí se va a hacer”. Las promesas en conferencias y declaraciones no son actos de autoridad con consecuencias de certeza jurídica. Ahí sigue, publicado en el DOF y con vigencia, el Acuerdo 05/02/2022 de la SEP, que destina la bolsa de 14 mil millones de pesos de LEEN sólo a infraestructura, y sin ninguna recuperación de lo que antes correspondía a Escuelas de Tiempo Completo. Serán muy instrucciones del presidente, pero las normas y procedimientos siguen intocados. Además de las conjeturas de cómo le harían los consejos escolares para pagarles ellos mismos a los maestros la compensación por las clases de la ampliación de jornada (¿Cómo justificar las transferencias? ¿Una lista de raya? ¿Qué implicaciones tiene en lo fiscal? ¿Y si se atrasan? ¿Y si hubiera descuentos por inasistencias?), todo el asunto es hoy, para fines de legalidad y transparencia, sólo palabras.

La alarma más importante está en los tiempos. La presidenta de la Comisión de Educación ha dicho que la versión ajustada, que recuperaría lo ahora negado a niñas y niños, una buena parte indígenas y en contextos marginados, comenzaría a funcionar hasta el arranque del siguiente ciclo escolar, es decir, a partir de finales de agosto. ¿Y mientras tanto? ¿Las familias empobrecidas deberán subsidiar a un sistema oficial desdeñoso, descuidado y que ‘se le pasó' algo que amerita el llamado de atención de las comisiones de Derechos Humanos?

Los funcionarios federales, en las conferencias matutinas como la del martes de esta semana, urgen a volver a la presencialidad completa a las escuelas; pero no les corre prisa para ofrecer a quienes tenían jornada ampliada una alternativa aunque sea de emergencia, a pesar de que les mocharon esa misma presencia tan invitada. ¿Comerán por meses promesas y palabrería, inventos y excusas? Ello no convoca a la resignación, y menos al agradecimiento, sino a la indignación y a la tenaz resistencia con los medios de la democracia.

El autor es presidente ejecutivo de Mexicanos Primero.

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