La inflación venezolana se dispara a medida que el presidente estadounidense, Donald Trump, intensifica su campaña para aislar financieramente al régimen socialista de Nicolás Maduro.
La tasa de inflación se disparó al 556 por ciento en los 12 meses hasta el 17 de diciembre, frente al 219 por ciento a fines de junio y el 45 por ciento en 2024, según un índice semanal compilado por Bloomberg News.
El indicador, aunque rudimentario, dado que solo mide el precio de un solo producto (una taza de café vendida en una panadería de Caracas), sirve como el mejor referente en tiempo real de la inflación en un país que dejó de publicar datos regularmente hace una década para ocultar su colapso económico.
Durante los últimos meses, Trump aumentó la presión sobre Venezuela en un intento —en parte— por derrocar al líder socialista Nicolás Maduro. El martes, Trump ordenó un bloqueo de petroleros sancionados que entran y salen del país, una medida que puede estrangular aún más la industria energética local y ahogar la principal fuente de divisas del gobierno.
“El impacto que experimentarán será algo nunca antes visto”, escribió Trump en una publicación en redes sociales.
La inflación ha sido mucho más alta en Venezuela en diferentes momentos de los últimos años. El índice Bloomberg, lanzado en 2016, ha registrado cifras anuales muy superiores al 100 mil por ciento.
Además, muchos venezolanos son inmunes al aumento de precios en bolívares. Cansados de usar una moneda cuyo valor se devaluaba constantemente, decenas de empresas venezolanas comenzaron a pagar a sus empleados y a exigir el pago a sus clientes en dólares. Hoy en día, se estima que el 90 por ciento de los trabajadores del sector privado ganan en dólares, lo que les ayuda a mantener su poder adquisitivo.

Pero para los trabajadores públicos, los jubilados y todos los demás venezolanos que reciben sus salarios en bolívares, el aumento de la inflación es el golpe más reciente en una crisis que ha empujado a millones de personas a huir del país.







