Food and Drink

El pato pekinés del restaurante Hunan que llevó a Emilio Lozoya a la cárcel

Con vinos de hasta 50 mil pesos por botella, el restaurante Hunan ofrece especialidades de alta cocina china, como el también llamado pato laqueado que dio un giro al caso Lozoya.

El 9 de octubre de 2021, Emilio Lozoya tomó la que quizá sería su ‘última cena’ de lujo fuera de la cárcel: asistió a comer al restaurante Hunan con un grupo de amigos y pidió un pato pekinés, ¿cómo es que una especialidad de la comida china cambió la vida del exdirector de Petróleos Mexicanos (Pemex)?

Ese día, la periodista Lourdes Mendoza se enteró de su presencia en ese lugar, así que acudió al establecimiento y tomó varias fotografías que darían un giro al caso:

“Aún con brazalete, el criminal confeso Emilio Lozoya se da la gran vida, Hunan de las Lomas, obvio, gracias a la protección de FGR. Además, le miente al juez de lo civil diciendo que está arraigado”, escribió esa tarde en su Twitter la también columnista de El Financiero.

¿Por qué una cena en Hunan le cambió la vida a Lozoya?

Para ese momento el exdirector de Pemex había sido extraditado a México tras su detención en España, acusado de recibir sobornos millonarios de la constructora Odebrecht, con cargos de lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho. Para evitar pisar la prisión, había ofrecido nombres de políticos involucrados en corrupción.

Lozoya también estaba enfrentando una demanda por daño moral presentada por la periodista Mendoza, luego de que la acusó de haber recibido una bolsa de lujo a cambio de favores, lo cual ella desmintió; semanas antes de la polémica fotografía, el 10 de septiembre, Lozoya tenía que comparecer por ese caso y no lo hizo, pues argumentó que estaba en “arraigo domiciliario”.

Esa imagen no solo mostró que Lozoya recibía un trato especial debido a que la FGR se había limitado a quitarle el pasaporte y ponerle un brazalete; el escándalo también provocó que el 3 noviembre de ese año la FGR solicitara prisión preventiva justificada por alto riesgo de fuga de Lozoya, a quien señalaron de tener acceso a una alta suma de dinero. Esa mañana entró al Reclusorio Norte a una audiencia y ya no salió.

Dicha fotografía en un restaurante de la Ciudad de México se convirtió en la portada del libro de Mendoza: Con la frente en alto, donde relata cómo vivió el caso:

“Cuando tomé esas fotos con mi celular en el Hunan de Reforma, no imaginé el impacto que tendrían. ‘Soy periodista, estoy haciendo mi trabajo’, me dije ese sábado 9 de octubre, y apreté el botón de captura cuatro veces seguidas con un ligero movimiento del teléfono que sostenía entre mis manos. Salí del restaurante con el registro de la impunidad más absoluta de los tiempos recientes del país”.

La columnista describe que esa cena “con el pato pekinés, cortesía de la FGR” llevó a la cárcel a Lozoya. Las imágenes trataron de ponerse en duda por su autoría y vigencia pero pusieron presión para llevar al exfuncionario al Reclusorio Norte:

“Para ellos era más importante decir que yo no había tomado la foto, y no aceptar que el mirrey, el ícono de la corrupción con EPN, se la estaba pasando bomba sin presentar una sola prueba de sus dichos, cenando en el Hunan, al lado de Doris Beckmann, para festejarle a Lorenz Guerra Autrey su cumpleaños”.

¿Cuánto cuesta cenar en Hunan?

Por las mesas del restaurante Hunan han pasado varias personalidades de la vida política, además de Lozoya, recientemente fue visto ahí Pablo Gómez Álvarez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Manuel Bartlett, director General de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la senadora Xóchitl Gálvez.

Se trata de un establecimiento especializado en alta cocina china, forma parte de Grupo Hunan y tiene cuatro sucursales en la Ciudad de México (Artz, Reforma, San Ángel y Satélite).

En Twitter los usuarios han comentado el rumor de que el titular de la UIF se gastó alrededor de 19 mil pesos en su cena; sin embargo, en realidad un cheque promedio en este sitio es de alrededor de dos mil 500 pesos por persona, aunque depende en gran medida de la especialidad y el consumo de alcohol.

En Hunan tienen una amplia carta de bebidas, si se pide por copa (150 mililitros) el precio va de 135 a 700 pesos. Las botellas de vino hay un poco de todo, de México, Francia, Argentina, España, Italia, Chile y Estados Unidos, los cuales van desde 645 pesos hasta más de 50 mil pesos.

La especialidad, y lo más caro del menú, es el pato laqueado, también llamado pato a la Pekín o pato pekinés, es un platillo que data de hace cientos de años, se preparaba en los siglos XII y XIV, durante la Dinastía Yuan: se cocina al horno, sazonado con una salsa agridulce, mezcla de aceite, ajo, hinojo, jengibre, chile, vino, salsa de soya, salsa hoisin y miel; se sirve en trocitos, la piel crujiente considerada un manjar.

En Hunan sirven el pato pekinés con crepas hechas en casa, cebollín, pepino y salsa de ciruela, cuesta alrededor de mil 500 pesos, aunque a Emilio Lozoya le salió más caro.

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