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Comida e historia: 3 Haciendas antiguas para comer en la CDMX

¿Buscas dónde desayunar o comer? Conoce estas haciendas de la Ciudad de México donde puedes encontrar deliciosos platillos mexicanos y un paseo por el pasado de la capital.

Antes de que la Ciudad de México fuera como la conocemos, a las orillas de la capital prosperaban las haciendas, algunas de ellas hoy permanecen, son restaurantes y recuerdo de esa época que se fue, cuando había zonas lacustres y se andaba a caballo por las calles de la que hoy es una de las metrópolis más grandes del mundo.

Comida e historia en un solo lugar, estas son tres haciendas de la CDMX, para recorrer a través de la nostalgia y los sabores.

Hacienda de Cortés

Se dice que esta antigua casona de estilo colonial ubicada en el barrio de La Conchita fue parte de las caballerizas del español Hernán Cortés. Hacia 1934 el mexicano Rubén Mejía Salcedo compró la casa y la nombró Quinta Hernán Cortés, hoy es restaurante, bar y cafetería.

Según su sitio web, por sus paredes han pasado personajes como el pintor Dr. Atl (Gerardo Murillo), fue hogar del actor Tito Guizar y del poeta Antonio Medizbolio.

Ha sido escenario de películas y telenovelas, visitada por presidentes como Lázaro Cárdenas, Pascual Ortiz Rubio, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari; Rigoberta Menchú, Gabriel García Márquez, Armando Manzanero y muchas más personalidades.

Ya en la década de los 90 se convirtió en un centro cultural y gastronómico. Hoy es un sitio donde puedes disfrutar de deliciosos platillos mexicanos entre sus hermosos jardines.


Para desayunar, encuentras una gran variedad de combinaciones como el de Cortés, que lleva jugo, copa energética, dos huevos estrellados sobre una tortilla de maíz bañados en salsa roja, acompañados de chile poblano y queso gouda gratinado, pan blanco y café o té; o de la Hacienda, con filete de res a a la tampiqueña, acompañado de nopal y guacamole.

Si vas a comer, hay de dónde escoger para hincarle el diente: sopa azteca, de lima, crema de cilantro, ensaladas, pastas, filete de pescado al limón, pollo con mole o en salsa poblana, arrachera arriera, cecina de Yecapixtla, chile relleno del mar y mucho más.

Antigua Hacienda de Tlalpan

Tlalpan, al sur de la Ciudad de México, tiene joyas históricas como esta hacienda construida en 1837 a las orillas del pueblo, perdió parte de sus terrenos cuando se amplió la Calzada de Tlalpan de San Fernando a La Joya. Actualmente alberga un restaurante de gastronomía mexicana-contemporánea con tradición.

De acuerdo con la página Tlalpan Historia, este lugar fue propiedad de Manuel “El Manco” González, quien la compró en 1876, él fue compadre de Porfirio Díaz.

Dicho sitio especializado en la historia del antiguo pueblo capitalino explica que en 1904 en este lugar el Círculo Nacional Porfirista postuló por quinta ocasión consecutiva a Porfirio Díaz para presidente de la República.

Fue locación de cintas como La Muñeca Perversa y Pero sigo siendo el rey; como restaurante, la Antigua Hacienda de Tlalpan comenzó a funcionar en la década de los 80.

Sirven desayunos como omelette de portobello con jocoque y espinacas; huevos benedictinos con muffin tipo inglés, salsa holandesa, tomate deshidratado, lomo canadiense, huevos poche y arúgula fresca; molletes, sándwich de manzana y jamón de pavo.

De comer, hay platillos tradicionales como chilaquiles, enchiladas, quesadillas o caldo tlalpeño, originario de esta alcaldía.

Otros más como taco de alacrán, carne a la parrilla, tuétano al horno, carnitas de pato, chamorro a la mexicana; y de postre bombas de chocolate con especias, licor o té matcha.

Hacienda de Los Morales

Su historia nos lleva hasta mediados del siglo XVI, en ese entonces en estas tierras sembraron moreras para la crianza del gusano de seda, por ello se le llamó Hacienda Los Morales. En este lugar hoy se sirve comida mexicana.

Hacia 1647 se construyó la finca de San Juan de Dios de los Morales, el casco de la hacienda que perdura con su estructura original.

De acuerdo con su sitio web oficial, en este lugar los pintores José María Velasco, German Gedovius, Daniel Thomas Egerton y Conrad W. Chapman “plasmaron el paisaje que se tuvo de la Ciudad de México desde Hacienda de los Morales en diversas obras”.

En la década de los 60 se pensó en convertir el casco de la hacienda en un restaurante y se inauguró formalmente en 1967; como parte de las instalaciones se adaptó su antiguo salón comedor, sus instalaciones transportan a los comensales a la época colonial.

Hay desayunos con platillos del comal, como sopes con escamoles, huarache con arrachera; platillos como barbacoa, enchiladas veracruzanas, huevos a la cazuela.

Comidas diversas como ceviche de róbalo estilo Acapulco, pato en pipián o a la naranja, gusanos de maguey fritos, salmón en costra de semillas mexicanas, arrachera norteña y no falta el carrito de postres.

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