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Arte en Oaxaca salva a jóvenes de la delincuencia

Conoce cómo es que los colectivos de arte suplen los espacios educativos que no brinda el gobierno en ninguno de sus niveles. La Curtiduría es un centro cultural que cumple 10 años de formar jóvenes artistas con pensamiento crítico. 

Ante la falta de espacios educativos, un mototaxi recorre las calles de Juchitán, Oaxaca, para fomentar la lectura, el cine y las artes plásticas entre los niños y jóvenes. En esta región azorada por el crimen organizado, los vehículos de este tipo pertenecen por lo general a grupos políticos o de choque; la gente sabe que, al abordarlos, no debe discutir con los choferes porque es peligroso. Pero éste, que lleva por nombre Nómada, es distinto. Cuando los curiosos se acercan, descubren que no hay nada qué temer.

Oaxaca es la primera entidad con el mayor rezago educativo del país, según el INEGI. El 54 por ciento de los jóvenes de 15 años o más ni siquiera ha concluido la secundaria. "Es increíble, no saben ni lo básico. Apenas saben lo que se festeja el 21 de marzo. De 10 escuelas que visitamos, descubrimos que sólo en dos los profesores se interesan por la formación de sus alumnos. El sistema educativo está por los suelos", asegura en entrevista Michel Pineda, uno de los fundadores de Nómada, un proyecto que no existiría sin el Centro Cultural La Curtiduría, que cumple 10 años.

Gracias a este lugar –fundado por el reconocido artista plástico Demián Flores– hoy Michel puede hacer algo por alfabetizar su comunidad, una de las más deprimidas de Oaxaca, con el 11 por ciento de la población en pobreza extrema y el 49 en pobreza moderada.

El joven de 27 años perteneció a la primera generación de La Curtiduría, que se fundó poco tiempo después del conflicto entre el gobierno federal y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en 2006.

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EXPERIENCIA QUE TRANSFORMA

Cursar la carrera en arte contemporáneo le ayudó a descubrir que para defender su identidad zapoteca también debe mirar hacia afuera. "Para ser universal hay que ser profundamente local. Eso me enseñaron en La Curtiduría. Haber estado ahí me transformó: ahora soy más responsable y me involucro en competencias sanas de aprendizaje. Yo me uní a la lucha de la APPO, pero sinceramente hoy me siento bastante decepcionado por ello", señala.

En Oaxaca, ser niño o joven es un reto. Las opciones educativas son deficientes, hasta nulas, dice Pineda, y la infraestructura de los colegios no siempre es adecuada, pese a que el gobierno federal anunció que este año invertiría 2 mil millones de pesos en su remodelación. Y a eso –agrega– hay que sumarle la presencia de grupos delictivos como el Cartel del Golfo y Los Zetas, que cada día atraen adolescentes a sus filas.

"Justo ahora se están peleando el control de la plaza. Oaxaca es una zona de paso de drogas; hace poco escuché que tenemos todas las características para ser la próxima Ciudad Juárez", afirma el creador.

Es por ello que espacios como La Curtiduría, que este año cumple una década, y Bicu Yuba (el colectivo al que pertenece Nómada) se han vuelto fundamentales para evitar que los jóvenes tomen el camino de la corrupción y la violencia, considera Demián Flores. Los talleres que ofrece son gratuitos y los proyectos son autogestivos. En el caso de Bicu Yuba –voz zapoteca que significa Perro Rabioso– se cuenta con el financiamiento de Heinz Schaub, un pediatra suizo que sólo visita Juchitán en sus vacaciones. El gobierno no los apoya de ninguna manera.

"No solamente tiene cabida la gente que tiene educación regular. También se abre la posibilidad a personas sin estudios. La Curtiduría no sólo es una escuela artística, sino de pensamiento. Los jóvenes salen de aquí con proyectos como radios independientes o programas de arte urbano", dice Flores. 

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CREAR ALEJA DE LAS DROGAS


En Oaxaca el arte cambia vidas, como la de Jeovany Miguel, maestro del taller de grabado de Bicu Yuba. Hasta hace un año este artista de 26 años todavía fumaba mariguana y bebía en exceso. Probó las drogas a los 17 años y el alcohol a los 15. Pintar era su mayor pasión, y un día descubrió que podía dedicarse a eso. Es así como superó sus adicciones.

"Cada vez es más fácil comprar drogas aquí. Los chavos se están drogando a edades cada vez más tempranas. Por mi experiencia sé que cualquier manifestación cultural te puede ayudar a cambiar tu rutina de vida. Yo doy los talleres de grabado en Nómada. El objetivo es recorrer todo Oaxaca, pero necesitamos un remolque", comparte Miguel. 

Es así, a ras de piso y con escasos recursos, como la sociedad oaxaqueña combate la pobreza, la delincuencia y la inacción gubernamental. Porque espacios como La Curtiduría o Bicu Yuba están haciendo lo que en realidad le corresponde a la Secretaría de Educación de Pública.

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