'The Economist' elabora el índice de la democracia (Democracy Index), una medida sobre la situación global del estado de la democracia.
AMLO, en su megalomanía, pretende control total para no rendir cuentas a nadie, para fomentar la opacidad administrativa, para evadir la transparencia y el acceso a la información.
López Obrador vive en una búsqueda permanente, siempre infructuosa, de llenar un vacío personal. Concentra todo el poder en su persona, pero eso no le alcanzará jamás.
El México democrático no requiere de caudillos, sino de una ciudadanía comprometida, de instituciones sólidas y del compromiso con la legalidad.
No hay certeza de que haya retorno a un país de libertades y democracia si la 4T repite en la presidencia.
Vivimos una época llena de líderes llamados machos alfa: autoritarios, agresivos, irresponsables.
Parecería que democracia y autoritarismo son excluyentes, pero no es así. Son dos caras de la misma moneda.
Desde el inicio del sexenio el presidente Andrés Manuel López Obrador ha mostrado tener un estilo rijoso de gobernar.
La supuesta estrategia anticorrupción de López Obrador es para afianzar el poder autoritario.
López Obrador tiene absoluta confianza en la inteligencia, ideas, experiencia, propuestas y acciones de López Obrador.