Sonya Santos

La infección en las encías de Porfirio Díaz

Don Porfirio sufría de un severo dolor y malestar debido a las afecciones en sus encías. Su boca estaba llena de llagas que intentaba aliviar temporalmente con varios remedios.

Porfirio Díaz, a sus 80 años, padecía diversas enfermedades relacionadas con problemas bucales que lo afectaron en sus últimos años. Sufría de dolor de dientes, encías y oídos, los cuales se intensificaron en los días previos a su renuncia el 25 de mayo de 1911.

El 31 de mayo se embarcó en el vapor Ypiranga junto a su esposa Carmen Romero Rubio, miembros de su familia, algunos colaboradores de su gobierno y personal de servicio, incluyendo una cocinera y un valet. Partió del puerto de Veracruz, a donde llegó tras su salida de la casa ubicada en la calle Cadena 8 (actualmente Venustiano Carranza, Ciudad de México), el 26 de mayo.

El barco, perteneciente a la Hamburg-Amerika Linie era prácticamente nuevo cuando abordaron. Fue construido en el astillero Krupp Germaniawerft, en la ciudad de Kiel, Alemania, y botado en mayo de 1908. Lo bautizaron como Ypiranga, que en lengua tupi-guaraní significa “agua roja”, nombre que tomaron de un riachuelo en Sao Paulo, Brasil. Aunque algunas fuentes lo escriben con “i”, la naviera anunciaba los itinerarios trasatlánticos en periódicos mexicanos y siempre lo hizo con la letra “y”, lo que confirma que esa es la forma correcta de escribirlo.

Durante el viaje en el barco, Don Porfirio sufría de un severo dolor y malestar debido a las afecciones en sus encías. Su boca estaba llena de llagas que intentaba aliviar temporalmente con varios remedios, como el consumir un poco de opio. Le provocaban altas fiebres dejándolo postrado en la cama.

Basándome en información obtenida de la Biblioteca Francisco Xavier Clavigero de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México, que custodia documentos del expresidente Díaz, puedo compartirles detalles sobre algunos de los menús que se servían en los barcos de la misma naviera durante los trayectos a América. Por ejemplo, el 17 de mayo de 1905, para el almuerzo se ofrecía: “guisado y puré de papas, albóndigas de carne y papas asadas. Además, variedad de carnes frías como ensalada de salmón, jamón ahumado, carne salchichón ahumado, arenque en salmuera y sardina en aceite”. Esto demuestra que los vapores de la época disponían de alimentos que podían conservarse gracias a técnicas naturales como el ahumado, salmueras y curados.

También se indicaban los horarios: “Comidas. Primera Clase: El café se sirve de 6 a 8, el desayuno de 8 a 10, el almuerzo a las 12:30 y la cena a las 6:30. Para todas las comidas se ofrecerán menús impresos. Los asientos son asignados por el mayordomo. Se anunciará la comida 30 minutos antes mediante una señal; cuando se dé la segunda señal, se servirá la comida”. “Música: La banda del vapor tocará de 10 a 11 am en la cubierta de recreo y en el comedor durante la comida”. Otro servicio, que seguramente utilizó Don Porfirio, era el de “Médico y botica: Hállase á bordo un médico aprobado por el Estado. Los viajeros que enfermen durante la travesía serán atendidos gratuitamente, no cobrándose nada por los medicamentos aplicados. En cambio el médico tiene derecho a cobrar el acostumbrado honorario á los pasajeros que le consulten padeciendo de males no contraídos en el viaje”.

La familia Díaz llegó a París a principios de julio de 1911. Es probable que durante el viaje en el Ypiranga, el expresidente no pudiera disfrutar del jamón, bailar ni deleitarse con la música, y en definitiva pasó la mayor parte de su tiempo pagando el servicio médico.

El 19 del mismo mes, Don Porfirio y su esposa, Doña Carmelita, partirían hacia una clínica en Interlaken, Suiza. Allí fueron recibidos por el equipo de un destacado dentista, quien utilizó los procedimientos odontológicos más actualizados de la época para tratar sus encías y extraer una muela dañada hasta la raíz. A partir de ese momento, experimentó una notable mejoría, especialmente en cuanto al alivio del dolor.

El 2 de julio de 1915, Don Porfirio había perdido la capacidad de hablar y la noción del tiempo. Su médico personal fue llamado al mediodía y a las 18:32 horas, José de la Cruz Porfirio Díaz Mori falleció a la edad de 84 años.

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