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La urgencia de la duda más que la seguridad de la respuesta, en Fischli & Weiss

 

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Desde marzo 7 de 2013 hasta septiembre 30 de 2014 se exhibió en los jardines Kensington de Londres, donde están ubicadas las Galerías Serpentine, la escultura Rock on Top of Another Rock (Piedra encima de otra piedra) del dúo de artistas suizos Fischli & Weiss. Esta pieza monumental es la última de una colaboración que inició en 1979 y terminó en 2012 con la muerte de David Weiss.

Rock on Top of Another Rock es una composición sencilla, la cual consiste en el gesto de colocar una piedra sobre otra, con la única especificidad de que estas rocas tienen un peso de más de 30 toneladas cada una, y que ya montadas alcanzan una altura cercana a los seis metros. Sobre esta obra dice Peter Fischli: "el balance/equilibrio es más bello justo en el momento previo a colapsar".

De Fischli & Weiss diría que a mi parecer son de los artistas que más han nutrido al arte contemporáneo, que sus reflexiones y obras revelan de manera coherente, consistente y clara las contradicciones de la vida contemporánea. También diría que uno de los conceptos del cual podemos asirnos para adentrarnos en su vasta obra y distintas series que este dúo ha realizado es el de "balance/equilibrio". De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, equilibrio significa: estado de un cuerpo cuando fuerzas encontradas que obran en él se compensan destruyéndose mutuamente; o bien un contrapeso, contrarresto o armonía entre cosas diversas.

En una profesión que se basa del todo en la confianza, en el ego, en las corazonadas (o decisiones personales) y en la subjetividad, trabajar en pareja significa replantear y ampliar la figura del artista. Significa también agregar otro nivel de diálogo y complejizar en parejo el proceso de toma de decisiones. Ahí es donde se coloca el trabajo de Peter Fischli y de David Weiss, en la posibilidad de coincidir más que de diferir, en la necesidad de preguntar más que de responder, en la urgencia de la duda más que en la seguridad de la respuesta. En las polaridades, en las contradicciones y en lo supuesto de lo posible e imposible. Pero principalmente diría que descansa sobre el gran respeto mutuo al mundo interior del otro, a su pensamiento y su intuición; así como sobre la posibilidad de crear desde ahí, desde esa relación de iguales, en el "balance/equilibrio" que toda colaboración requiere.

Personalmente, no podría hablar del trabajo de estos dos artistas sin mencionar el significado que han tenido para mi desarrollo profesional y como ser humano, así como el profundo respeto que siento por su trabajo y formas de hacer. En dos ocasiones tuve la oportunidad de trabajar con ellos para mostrar su obra en México; la primera vez en el año 2000 en el Centro de la Imagen como parte de la exposición Aprendiendo Menos, en la que además del trabajo de Fischli & Weiss se mostraba la obra fotográfica de Gabriel Orozco y de Richard Wentworth.

La segunda, en 2005, cuando el dúo presentó una retrospectiva por primera vez en el país, la cual tuvo lugar en el Museo Tamayo.

Me parece de celebrarse que en un momento definitivo en el desarrollo y carrera de estos artistas el Museo Jumex, que desde 1999 sistemáticamente ha adquirido una considerable cantidad de su obra, se esfuerce en traer la retrospectiva How to Work Better (Cómo trabajar mejor) que se presentó este año en el Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York, la cual fue curada por Nancy Spector y Nat Trotman.

Lo menciono como algo a aplaudir, porque esta muestra reúne un nutrido espectro del amplio cuerpo de obra que desarrolló la pareja durante sus casi 34 años de colaboración, y nos permitirá ver y acercarnos al trabajo con una amplitud que ninguna muestra previa haya permitido en todo este continente, además de que será posiblemente la última exposición que podremos ver del dúo al menos durante muchos muchos años.

La obra de Peter Fischli & David Weiss se posiciona en el "balance/equilibrio" entre el juego y el trabajo serio, entre la diversión y el aburrimiento, la invención creativa y el plagio, la agudeza y la torpeza, siempre dotada de una inocencia retorcida y refrescante, así como de la perspicacia que da la experiencia, entre la formalidad profesional y la libertad de la informalidad, siempre entre el escepticismo y la plena confianza, entre el tiempo de viaje y el tiempo de espera; realizada a través de gestos pequeños, casi imperceptibles, que nos incitan, con un fino sentido del humor que cultiva la curiosidad, a preguntarnos acerca de la condición humana, el tiempo y la realidad.

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