Trópicos

¿Hacia dónde latirá el corazón de AMLO?

Hay mucho en juego para el presidente, por lo que la selección de candidatos y candidatas para las próximas jornadas electorales tendrá que ser alineada a la perfección.

Terminado el largo y tedioso periodo electoral, hace apenas una semana y media, los resultados permiten hacer diversas lecturas sobre las estrategias políticas que los diversos actores comenzarán a elaborar hacia un futuro inmediato.

Lo que estará en juego durante los próximos 36 meses será mucho más grande respecto a lo que se votó el pasado 6 de junio. Se elegirán 17 gubernaturas, al nuevo titular del Ejecutivo y la renovación completa del Congreso de la Unión.

En 2022 habrá elecciones a las gubernaturas de Oaxaca, Tamaulipas, Hidalgo, Durango, Aguascalientes y Quintana Roo. Dos más en 2023, Coahuila y Estado de México. No obstante, todos apuntan a 2024, un año en el que estarán en juego poderes a gran escala ya que además de elegir a un nuevo presidente o presidenta de la República, otras nueve gubernaturas estarán en la mesa electoral: CDMX, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán.

En tan sólo tres años, de 2021 a 2024, se habrán renovado a gobernadores y gobernadoras en las 32 entidades del país, al presidente de la República, al Senado, y dos veces a las y los diputados federales. El tiempo corre de prisa a partir de este momento, por ello, el acontecer político cobra dimensiones inconmensurables, y lamentablemente las campañas ya iniciaron de nueva cuenta.

Uno de los detonantes fue por la línea fallida del Metro de la Ciudad de México, que adelantó la competencia electoral a una carrera a contrarreloj. El interminable cúmulo de fallas y omisiones durante los últimos tres gobiernos en la Ciudad de México, que ocasionaron el colapso de la L12, va a ser material de uso común de adversarios para tratar de dejarlos en el camino.

No se diga la batalla interna. Ésta será engrosada entre las cabezas de esas administraciones: Ebrard, Mancera y Sheinbaum. No obstante, la pregunta que todos nos hacemos es, ¿por cuál de ellos, el presidente Andrés Manuel López Obrador se decantará al final de cuentas? Para ser candidato ganador se requiere, entre otras cosas, quedar exento de las responsabilidades que ocasionaron 26 muertes.

Por supuesto, la oposición habla excitada sobre la fallida L12. Sus líderes exigen justicia y apuntan a sus contrincantes con la espada de Damocles. Confían que este festín de calamidades signifique el descarrilamiento de sus adversarios y favoritos del presidente, y al mismo tiempo, un revés para Morena reflejado en las subsecuentes elecciones.

Los estrategas políticos de todos los partidos recurren a indescifrables algoritmos para ver cómo obtener la mayoría de los triunfos durante los próximos tres años. Ya comenzaron en la Ciudad de México, otro de los resultados que le quitan el sueño a AMLO, ya que no puede darse el lujo de perder cuando termine su mandato.

La oposición se envalentonó tras los resultados obtenidos en la capital hace 10 días. Ahora, inspirados, buscarán arrebatar el monopolio a la supuesta izquierda gobernante desde la improvisada Unión de Alcaldías de la Ciudad de México, que aglutina a ocho de los 16 alcaldes triunfantes.

Desde esa trinchera, le harán la vida imposible a Sheinbaum y su objetivo se centrará en arrebatarle a Morena la jefatura de Gobierno en 2024. Algo que parecía imposible hace un par de semanas, ahora está a su alcance. Contarán con infraestructura, recursos y apoyo de la gente, que usarán para tratar de arrebatar el corazón político del país.

Hay mucho en juego para el presidente Andrés Manuel, su apuesta de ‘transformación’ trasciende al menos al siguiente sexenio, por lo que la selección de candidatos y candidatas en las diversas jornadas electorales durante los próximos tres años tendrá que ser alineada a la perfección.

Para ello, tendrá que comenzar con ajustes en su gabinete, apuntalar a los perfiles venideros y desechar a quienes ya cumplieron su misión. Para eso requiere cirugías de la mayor calidad, ya que tiene que buscar ganar la mayoría de las ocho gubernaturas en disputa en los próximos dos años, y desde ahí, operar el voto para el candidato o candidata final de Morena que se jugará la presidencia en 2024. Una tarea nada fácil, en una sociedad dividida y una clase media desautorizada.

El autor es periodista mexicano especializado en asuntos internacionales.

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