Mauricio De Maria Y Campos

Oportunidades y retos de México en África

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El día de mañana tendrá lugar una interesante mesa de reflexión sobre las relaciones de México con África en el marco de las sesiones iniciadas ayer lunes por el Senado de la República y la Secretaría de Relaciones Exteriores sobre México y el mundo. El panel constituye una excelente ocasión para revisar dónde estamos en nuestras relaciones políticas, económicas y culturales con el continente, en un momento en que la economía global y la nuestra continúan estancadas y Asia, África y Estados Enidos constituyen, en ese orden, las regiones más importantes de crecimiento.

De acuerdo con las estimaciones de organismos internacionales (BM, OCDE, Banco de Desarrollo Africano), África deberá crece este año alrededor de 5.0 por ciento en promedio y va a seguir demandando volúmenes crecientes de manufacturas y servicios para una población en expansión y una clase media ya significativa en un grupo de 10 a 15 países.

México tiene un comercio insignificante con África, salvo con Sudáfrica (maíz y manufacturas), Marruecos (fosfatos) y recientemente con Nigeria (gas licuado). Paradójicamente existe un déficit con el continente de más de 360 millones de dólares, con exportaciones de México de 460 millones e importaciones de 833, representando apenas 0.18 por ciento de nuestro comercio.

Es posible incrementar significativamente nuestras exportaciones al continente y al mismo tiempo explorar las posibilidades de desarrollar fuentes de abastecimiento de productos agropecuarios y minerales, que África tiene en abundancia y que México demandará en los próximos años.

Los bienes de consumo, pero también los servicios: telecomunicaciones, turismo, comercio, entretenimiento, remesas de migrantes -que crecen a tasas elevadas en los principales países africanos-, así como la vivienda, merecen atención de empresas de capital mexicano. A la fecha son las empresas trasnacionales automotrices y electrónicas establecidas en México, las que más exportan al continente.

Hay que incrementar el comercio y las inversiones. La presencia de empresas como Cemex, Carso, Telmex, América Móvil, Sanborns, Bimbo, Maseca, Femsa, Alfa, Mabe, Peñoles, Grupo México, Cinépolis, Elektra; pero también algunas medianas con potencial de exportaciones (en los sectores agroindustrial, metalmecánico y farmacéutico). Ello exige impulsar capacidades productivas competitivas y comerciales por la vía financiera (Bancomext) e institucional (Proméxico).

Al mismo tiempo se podrían promover inversiones africanas sudafricanas en México (empresas mineras y metalúrgicas, agroindustriales, vitivinícolas), de Nigeria y de algunos países del norte de África.

Conviene con ese fin fortalecer técnicamente las nueve embajadas que tenemos en el continente (incluyendo las recién creadas en Ghana y Angola), examinar la viabilidad de abrir representaciones en países como Costa de Marfil, Mozambique y Tanzania, cuyos mercados están creciendo y que países emergentes -China, India, Corea del Sur, Brasil, Turquía e Indonesia- están abasteciendo con éxito. Lo peor que se puede hacer es recortar presupuestos en momentos de oportunidad.

Sería importante también que Proméxico comenzara a apoyar esta red de embajadas con programas y estrategias bien definidos, realizar visitas sistemáticas a algunos países clave, difundir información actualizada sobre México y África, identificar y promover oportunidades de negocios.

En el caso de Sudáfrica, por ejemplo, podría establecerse un programa piloto, seleccionando tres países vecinos o cercanos con buen potencial, como Botsuana, Mozambique y Angola, a visitar periódicamente, de ser posible de la mano con empresarios, técnicos especialistas y/o académicos mexicanos. Un acuerdo comercial parcial ayudaría mucho en el caso de Sudáfrica.

El sector privado tiene que contribuir a este proceso en su propio beneficio. Comce requiere desde hace tiempo una sección especializada para impulsar los negocios entre África y México, así como examinar la posibilidad de crear una cámara de negocios México-África con apoyo del sector privado.

La Cámara Árabe-Mexicana de Comercio incluye en sus giras de promoción a 10 países africanos mediterráneos. Desafortunadamente hoy están en problemas, con excepción de Marruecos y Argelia. Pero urge cubrir a los subsaharianos que hoy crecen por arriba de 6.0 por ciento anual y establecer programas público-privados de formación de promotores de África y sus oportunidades.

Sería necesario también organizar en el próximo año, como lo hacen China, India y Brasil anualmente, un programa de visitas del presidente y de secretarios de Estado a países africanos seleccionados, acompañados de grupos empresariales y académicos, así como invitar a México a compradores africanos. Pero para ello es necesario definir primero nuestra estrategia de mediano y largo plazos en la región y algunos objetivos y prioridades concretos y luego preparar bien las visitas, con un enfoque político y diplomático integral.

Es necesario que reforcemos también nuestra agencia de cooperación, Amecid, otorgando atención, entre otros, a países africanos con buen potencial de crecimiento, comercio, inversiones y cooperación multilateral. Becas y asistencia en salud, vivienda y desarrollo social ayudarían mucho, ¡sobre todo si pretendemos participar en un futuro en misiones de paz!

El autor fue embajador de México en Sudáfrica en el periodo 2002-07; hoy investigador asociado de Colmex y académico distinguido de la Ibero sobre África.

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