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Ética y estrategia

La integridad, definida como el valor ético para hacer lo correcto siempre, es la base de la estrategia que define y dirige el comportamiento de los colaboradores.

El Comité Técnico Nacional de Dirección Estratégica del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas reflexiona acerca de importancia de la ética en la planeación y ejecución de la estrategia empresarial.

El diseño de un plan estratégico de negocios es un trabajo extenso que comprende el análisis y reflexión del entorno interior de la empresa (misión, visión, valores, fortalezas, debilidades), el análisis e identificación de su entorno exterior (oportunidades, amenazas, mercado, productos, proveedores, clientes, competidores, economía, gobierno, legislación, sociedad, tecnologías), -entre los principales-, para desarrollar, como resultado, un documento que describe los objetivos que se deben alcanzar, y las adopciones y los cambios relevantes que se identificaron necesarios en la dinámica de la empresa para consolidar su propuesta de valor, entendida como los diferenciadores que ofrece a sus clientes para constituirse como primera elección, y así lograr una participación importante en el mercado, incrementando el valor del negocio.

En un sentido ético, el plan estratégico es el documento central que manifiesta la razón de ser del negocio, el rumbo que desea recorrer y el destino al que aspira llegar. Es necesario promover un marco de conducta que formalice lo que la empresa espera de cada colaborador, la cultura de trabajo, el marco de actuación y convivencia a desarrollar, y los valores a ser cumplidos, como parte integral de la vida y la estrategia de la empresa.

Reconociendo la autonomía para definir sus propios valores, aquí presentamos los que en nuestra experiencia consideramos aportan un sentido consciente a la estrategia empresarial.

La integridad, definida como el valor ético para hacer lo correcto siempre, es la base de la estrategia que define y dirige el comportamiento de los colaboradores, el cumplimiento de los procesos, las relaciones confiables con el cliente, la realización intachable de los negocios y el desempeño en el mercado con enfoque en la generación de valor. La empresa que ejecuta su estrategia con integridad asegura su reputación en su entorno.

A través del liderazgo ejemplar, los colaboradores adoptan los valores de la empresa y los ejercitan en su conducta cotidiana a través de su propio ejemplo, mantienen una alineación permanente de sus planes de trabajo a los objetivos, y un entendimiento claro de cómo su desempeño diario contribuye al logro de la estrategia. El liderazgo ejemplar contribuye a construir una cultura laboral sustentada en los valores de la empresa, y da mayor sentido al trabajo de las personas.

La responsabilidad es el valor ético que sostiene el éxito de la estrategia. Cada colaborador adopta este valor para ser más consciente que sus decisiones y sus acciones tienen un efecto directo en el cumplimiento de los resultados individuales y de grupo. La consciencia de su participación en los resultados y la rendición de cuentas de su propio desempeño contribuye a una cultura de productividad, resiliencia, efectividad y mejora continua. Una empresa responsable, es capaz de ejecutar su estrategia en condiciones favorables o adversas, buscando siempre el sentido superior de cumplimiento en favor de sus grupos de interés.

El presente artículo aborda la responsabilidad como un valor pilar de la ejecución de la estrategia, con un sentido independiente al sistema de gestión de responsabilidad con la sociedad, el medio ambiente y la gobernabilidad, conocido por sus siglas ESG, y sin dejar de reconocer su importancia, recomendamos adoptar las iniciativas ESG como uno de los objetivos estratégicos para la empresa.

La responsabilidad es un valor transversal que fortalece el clima laboral sano, el cumplimiento en la calidad y puntualidad al cliente, la mejora en los procesos, la productividad del negocio, las alianzas con los proveedores, el cumplimiento de las obligaciones con autoridades, la gobernabilidad del negocio, la transparencia en las relaciones corporativas, entre muchas ventajas más.

Por su parte, el compromiso de creación de valor, con un sentido ético en la ejecución de la estrategia, requiere de cada colaborador, en todos los niveles de la organización, conducirse con voluntad legítima de perseguir y entregar resultados superiores, que excedan las expectativas de sus grupos de interés, a saber clientes, colaboradores, proveedores y accionistas, contribuyendo de manera directa a lograr un desempeño empresarial extraordinario.

Para impulsar la creación de valor se requiere que la empresa adopte el compromiso activo de aportar los medios, recursos y entorno necesarios para ejecutar iniciativas relacionadas a ese propósito. En nuestra experiencia, las siguientes diez iniciativas son un vehículo efectivo para promover el compromiso de generación de valor, y son: desarrollar el talento y gestionar el cambio, fomentar el ambiente de trabajo inclusivo, valioso y seguro, capacitar en el manejo de herramientas tecnológicas de vanguardia, adoptar programas de innovación centrados en la creación de nuevos productos y servicios rápidamente monetizables, mejorar u optimizar los procesos de suministro, producción y distribución de materiales y productos, incrementar el conocimiento de las necesidades del consumidor, influir en las tendencias de consumo y de mercado, establecer programas de financiamiento para hacer posible la ejecución de iniciativas estratégicas, incrementar la comunicación con los inversionistas sobre el desarrollo de la estrategia y monitorear el cumplimiento de la rentabilidad esperada.

Es importante establecer programas anuales de reconocimiento al personal y a las áreas que demuestren el compromiso y contribución en vivir y desempeñarse observando los valores éticos que impulsan la ejecución de la estrategia. Cada empresa decide cómo recompensar.

En México, conforme los censos económicos efectuados en el año 2024, publicados en julio 2025, para el Sector Privado y Empresas Paraestatales por unidades económicas, se registraron más de 5.46 millones de establecimientos, el Comité Técnico Nacional de Dirección Estratégica recomienda adoptar o mantener la gestión de la estrategia para contribuir cada vez a generar valor económico que generan estas entidades y postula los valores éticos para el desarrollar una estrategia empresarial cada vez más consciente.

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