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Evolución del liderazgo directivo a partir de la pandemia

Esta transformación cultural se viene gestando de tiempo atrás, sin embargo, la realidad actual demanda una transformación urgente e inmediata.

Por Carlos García Monsreal, Integrante del Comité Técnico Nacional de Dirección Estratégica IMEF.

Debido al confinamiento que vivimos, deben evolucionar los estilos de liderazgo de las posiciones de dirección en las organizaciones. Hoy podemos constatar que la eficacia de los gerentes y directores ha quedado vulnerable en referencia a potencializar y motivar el desarrollo de los equipos y del trabajo individual de los colaboradores.

Los gerentes y directores fueron formados en esquemas estructurados en los 80´s, donde los niveles jerárquicos eran más rígidos, el flujo de la información era de arriba hacia abajo, había poca respuesta de las propuestas de los colaboradores y la vida del individuo estaba fuera de la empresa, estos sistemas comenzaron a ser cuestionados en los 90´s y empezaron nuevas corrientes de “management” que, poco a poco, empezaron a penetrar la cultura de las organizaciones, algunas de ellas evolucionaron con mayor rapidez y ya muchas empresas jóvenes del siglo XXI han tenido una dinámica de gestión muy diferente, donde la cultura es inclusiva y participativa.

No hay la menor duda de que esta transformación cultural se viene gestando de tiempo atrás, sin embargo, la realidad actual demanda una transformación urgente e inmediata.

En el IMEF, a través del Comité Técnico Nacional de Dirección Estratégica, periódicamente se abordan estos temas culturales de transformación buscando influenciar en el ecosistema empresarial con ideas robustas, compartiendo conceptos claros que deben ser considerados en la transformación de las compañías.

¿Qué es lo que se espera de la gestión de los líderes en tiempos actuales?, que el personal se sienta comprometido con su tarea, que estén enfocados, que su desempeño no sea impactado por el aislamiento y que exista un flujo sinérgico en los equipos de trabajo.

Los principales elementos que debemos considerar para poder mejorar la gestión de la empresa en la distancia son los siguientes:

  1. La cultura organizacional basada en confiar en el colaborador, quien debe ser escuchado y quien debe estar comprometido auténticamente en un trabajo retador. El liderazgo debe ejercerse en la distancia, vía remota, fomentando empatía y resiliencia, así como ser generador de equipos ágiles.
  2. Disponer de herramientas tecnológicas que optimicen el tiempo y permitan una comunicación eficiente siempre desde el respeto, pues hoy la empresa ha entrado a casa y la casa ha entrado a la empresa, y aquí no solo nos referimos a las plataformas de comunicación sino también a que el uso de la tecnología nos permita tener comunicaciones directas y ágiles, así como procesos administrativos sin burocracia que monitoreen lo realmente importante. Crear juntas de trabajo efectivas y hacer solo las necesarias donde el personal sabe que hay un claro propósito y les permite tomar un rol claro.
  3. Usar la tecnología para generar conexión con el líder, el colaborador y el equipo, tales como cafés virtuales y reuniones de convivencia informal pero auténticas, centrados en la persona.
  4. La creación de equipos de trabajo empoderados en la toma de decisiones y con sentido de pertenencia de los colaboradores, donde la soledad del aislamiento se transforma en comunicación eficiente y efectiva que produce resultados.

La evolución del liderazgo a un liderazgo consultivo, de acompañamiento y guía en un ambiente de confianza que empodera al colaborador y donde es válido cometer errores y aprender de ellos. Generar un ambiente de libertad con responsabilidad donde los miembros del equipo toman decisiones y es ahí donde un acompañamiento sutil del líder consultivo permite el crecimiento y desarrollo del talento del individuo.

Algunos expertos del ‘management’ sumarizan dos grandes brazos de cambio necesario para poder potencializar una nueva dinámica interna y externa. El primer brazo es el cambio cultural creando empresas ágiles y ligeras con equipos empoderados, el segundo brazo, es la evolución del liderazgo a un liderazgo consultivo donde la esencia del mismo es una comunicación honesta y donde existe ‘TRUST’, anglicismo equivalente a confianza.

Con estos conceptos de la administración moderna del ‘management’ remoto, en el IMEF queremos dejar la inquietud a los profesionales y líderes, de que el mundo se está transformado pues el aislamiento y la distancia social cambian el comportamiento humano y, por consiguiente, impactan a la empresa y ésta debería evolucionar, adoptando cambios trascendentales en su gestión.

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