Perspectiva Bursamétrica

De la sucesión en el Banco de México

El presidente López Obrador está en todo su derecho de rechazar la reelección del gobernador Díaz de León, quien por cierto, ha hecho un excelente trabajo.

Hace ya muchos años, recibí una llamada de un periodista en la tarde de un domingo, para preguntar mi opinión sobre el inminente nombramiento del secretario de Hacienda en turno, como gobernador del Banco de México. “Es una burla a la autonomía del Banco Central” declaré en aquel entonces, el candidato era un economista versado en política fiscal, pero sin ninguna experiencia en temas monetarios y financieros. Ese gobernador después estaba apoyando en diversos foros la creación de una ‘Caja de Convertibilidad’ como la que hicieron en Argentina cancelando el rol del Banco Central, y poniendo un tipo de cambio fijo, lo que resultó en un colosal fracaso. Pusimos a la Iglesia en manos de Lutero.

Si yo fuera el secretario de Hacienda, y estuviéramos a la mitad del sexenio, yo le pediría al Presidente que me mandase para allá. Así obtengo una muy buena chamba, muy relevante, interesante y de gran prestigio, por seis años más, como mínimo, con la posibilidad de reelegirme seis años más, con un muy buen sueldo y un excelente plan de jubilación de por vida.

Nuestras leyes contemplan la reelección del gobernador en funciones, o la nominación de un nuevo gobernador por un periodo sexenal, exactamente a la mitad de un sexenio presidencial, con el objeto de que por lo menos en los tres primeros años de la siguiente administración, el gobernador en turno no sea quien le deba el favor al nuevo Presidente y se pueda comportar de manera autónoma en sus decisiones. El presidente López Obrador está en todo su derecho de rechazar la reelección del gobernador Díaz de León, quien por cierto, ha hecho un excelente trabajo, que le mereció el premio al mejor banquero central del mundo, pero no le cae bien. Esto es normal en cualquier país del mundo. Recordemos los constantes insultos que sufrió Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal por el presidente en turno Trump, en su cuenta de Twitter. Hace unas semanas el presidente turco Erdogan provocó una fuerte devaluación de la lira turca al destituir al gobernador del Banco Central de Turquía por subir su tasa de referencia.

El comportamiento del presidente AMLO en relación a la autonomía del Banxico ha sido excelente; ha manifestado una y otra vez su respeto a la autonomía del banco, menos con la cuestión de los salarios, y en la ocurrencia muy mal aconsejada por cierto, de solicitarle el año pasado, a Díaz de León, que le diera un adelantito de los remanentes del Banco Central, que como ya le comenté en otra participación, es una verdadera vacilada que está en nuestras leyes y que obliga al banco a crear dinero con base en una posible plusvalía no realizada de las utilidades cambiarias de las reservas internacionales y dárselo al Ejecutivo, para que gaste 70 por ciento de las mismas en pagos de deuda pública y el 30 por ciento restante en aportaciones a los fondos de estabilización.

Al presidente AMLO ya le ha tocado proponer al Senado la ratificación de tres candidatos suyos, a la Junta de Gobierno del Banco, conformada por cinco miembros. El Dr. Jonathan Heath, el Dr. Gerardo Esquivel y la Dra. Galia Borja Gómez. Estas mismas tres personas han venido actuando de manera profesional, institucional e independiente al gobierno. Como prueba de esto, la decisión de no pagar remanente alguno al gobierno fue unánime.

De estos, el Dr. Heath queda descartado, a pesar de tener el mayor reconocimiento nacional e internacional, por rebasar los 65 años de edad, lo que es otra barrabasada consignada en la Ley. El Dr. Esquivel tendría un conflicto de interés al estar su esposa, exsecretaria de Economía, Graciela Márquez Colín como la carta fuerte de AMLO para presidir el Inegi cuando termine el periodo del Dr. Julio Santaella en este mismo año. El Inegi mide la inflación y el Banco de México es el encargado de controlarla.

¿Podría ser una mujer la sucesora? De las subgobernadoras, Irene Espinosa reúne plenamente los requisitos, pero fue nombrada en el cargo por Peña Nieto.

De los candidatos externos al banco, añadiría en primer término al secretario Arturo Herrera, quien también cubre sobradamente los requisitos, con lo que continuaría la tradición de nombrar a secretarios de Hacienda en el cargo del banquero central.

Pero existen otros nombres de economistas destacados cercanos al Presidente que también podrían reunir los requisitos: El Dr. Rogelio Ramírez de la O, quien fungió como secretario de Hacienda ‘legítimo’ en el periodo del presidente Calderón. El Dr. Carlos Alberto Martínez, asesor económico de la oficina de la Presidencia y exjefe de asesores del gobernador del banco; Juan Pablo Graf Noriega, presidente de la CNBV y el Dr. Alberto Ortiz Bolaños, académico y director general del Infonacot.

El autor es presidente de Bursamétrica.

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