Coordenadas

La presidenta Sheinbaum: qué sigue y qué cambia

Los inversionistas y empresarios seguramente recibieron bien el señalamiento respecto a la necesidad de capital privado y la seguridad que pueden tener con sus proyectos.

El primer discurso de Claudia Sheinbaum como presidenta constitucional mostró elementos de continuidad y cambio que marcarán su estilo, a partir del día de hoy.

Quizás a algunos no guste el tono de continuidad que dio. Tal vez a otros no convenzan los nuevos énfasis que habrá en el gobierno a partir del día de hoy.

No podía faltar el homenaje a Andrés Manuel López Obrador en el comienzo de su alocución.

En ella, se puede encontrar el reconocimiento a la transformación emprendida por el expresidente, pero, de modo muy interesante, apareció la afirmación de la presidenta de que AMLO se retira de la vida política y se dedicará a escribir.

¿Fue un señalamiento indirecto de lo que ella espera que haga AMLO?

Pero, una cosa es que pida a López Obrador que se retire de la vida pública y otra diferente no seguir con una parte importante de sus propuestas y programas.

Los inversionistas y empresarios que estaban esperando señales seguramente recibieron bien el señalamiento respecto a la necesidad de la inversión privada, así como a la seguridad que pueden tener con sus proyectos.

Igualmente, cayó positivamente tanto el énfasis puesto en la importancia de la integración económica con Norteamérica como en la importancia de aprovechar la relocalización industrial.

Sin duda, el énfasis en la defensa de los derechos de las mujeres y el reconocimiento a las luchas que muchas han dado marcarán su gobierno. Creo que veremos un giro respecto a la forma de abordar los movimientos feministas por parte del gobierno de AMLO.

Otro de los aspectos más novedosos que tendrá esta administración será el énfasis en los temas ambientales, tanto en lo que toca a la generación de energías limpias como a las acciones para evitar, mitigar o remediar la contaminación.

Resulta interesante la mención a la limitación de la extracción de crudo a 1.8 millones de barriles al día y a la necesidad de que la demanda creciente se satisfaga con fuentes renovables.

Eso va a implicar una lógica diferente en las empresas públicas del sector de la energía.

La preservación de los programas sociales y el hecho de que se conviertan en constitucionales no fueron sorpresivos. Se reiteró lo ofrecido en la campaña, incluyendo los programas nuevos.

Resulta muy interesante la omisión de diversos aspectos de las iniciativas del llamado plan C, que no se hicieron presentes en el discurso.

Hay la expectativa de que algunas que han preocupado especialmente, como la desaparición de los órganos autónomos, pueda suspenderse por lo pronto.

No gustó a algunos que en el cierre del discurso hubiera un “¡viva!” a la cuarta transformación.

Pareció darle un sesgo partidista innecesario al cierre de su discurso.

En efecto, creo que era evitable. Pero, al mismo tiempo, hay que asumir que ella no va a cambiar su visión.

Una cosa es que señale que va a gobernar para todos los mexicanos, y otra que no se asuma como parte del movimiento fundado por AMLO.

Los cambios más significativos en el gobierno de Sheinbaum respecto al de López Obrador los veremos en el ejercicio del gobierno.

Por ejemplo, hoy por la tarde acudirá a Acapulco a supervisar el apoyo a los afectados por el huracán John.

Hay que recordar cómo evadió López Obrador hacerse presente en el puerto de Guerrero el año pasado, pretendidamente, para “cuidar la investidura”.

Pero, además, una diferencia importante la veremos en el equipo de trabajo.

Se ha dicho muchas veces: AMLO gobernaba desde las mañaneras.

Hoy se estrenará la presidenta Sheinbaum en esa rutina, pero por estilo y temperamento mi impresión es que no será así.

Uno de los indicios respecto a la forma en la que los inversionistas asumen la llegada de un nuevo jefe o jefa de Estado es el comportamiento del tipo de cambio.

Ayer, aunque fue feriado bancario en México, el peso siguió operando en los mercados internacionales.

El resultado fue que, tras el discurso, el peso ganó terreno luego de que previamente lo había perdido por los hechos del Medio Oriente que causaron preocupación global.

Sigue habiendo muchas preguntas sin respuesta, pero por lo pronto, el cambio de gobierno no dio lugar a mayores preocupaciones de los inversionistas internacionales.

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