Colaborador Invitado

La raíz del problema: Más allá de la visa canadiense

Es crucial que el Gobierno profundice en el análisis de las razones detrás del aumento en las solicitudes de asilo de mexicanos, señala Nadine Cortés.

La reciente decisión del gobierno canadiense de reimponer el requisito de visa a los ciudadanos mexicanos ha desatado una ola de reacciones en México, desde el descontento oficial hasta la preocupación ciudadana. Sin embargo, este giro en la política migratoria de Canadá, motivado por un incremento del 133% en las solicitudes de asilo de mexicanos en 2023, nos invita a una reflexión más profunda y urgente: la necesidad de atender las causas subyacentes que empujan a tantos mexicanos a buscar refugio en el extranjero.

La Secretaría de Relaciones Exteriores de México ha expresado su descontento y ha advertido sobre posibles medidas de reciprocidad. Aunque estas reacciones son comprensibles desde una perspectiva diplomática, es crucial que el gobierno mexicano profundice en el análisis de las razones detrás del aumento en las solicitudes de asilo de mexicanos. La violencia, la inseguridad y la violación de derechos humanos son factores que, lamentablemente, siguen siendo una realidad para muchos mexicanos. Por ejemplo, la percepción de inseguridad en México es alarmante, con un 61.4% de la población sintiéndose insegura en sus ciudades, y la violencia en el entorno familiar afecta al 8.4% de las personas en zonas urbanas. Además, el país enfrenta una alta incidencia de crímenes como el robo en la vía pública, con cerca de 6.600 víctimas en 2021.

Las violaciones a los derechos humanos son igualmente preocupantes, con 4.397 asesinatos en Guerrero en los últimos dos años y condenas internacionales por desapariciones, feminicidios y asesinatos de periodistas. Estos problemas son reflejo de una práctica recurrente y sistemática de violaciones a los derechos humanos, con más de 130,318 expedientes de queja registrados entre 2000 y 2018.

Además, un aspecto crítico que merece atención es el desplazamiento interno provocado por la violencia. En 2023, México registró 30,523 asesinatos, manteniendo altos niveles de violencia por sexto año consecutivo. Esta situación de violencia e inseguridad ha generado desplazamientos internos forzados, con miles de personas desplazadas cada año. Más de 105,000 personas se consideraban desaparecidas hasta septiembre de 2023, la mayoría después de 2006. Estas cifras reflejan la intensidad de la violencia en ciertas regiones y la vulnerabilidad de comunidades enteras que se ven forzadas a abandonar sus hogares en busca de seguridad.

El incremento de las solicitudes de asilo a 17,490 en 2023 no es solo un número; representa miles de historias personales de desesperación y búsqueda de seguridad y bienestar. Este fenómeno debe ser un llamado de atención para el gobierno mexicano, impulsándolo a implementar políticas internas más efectivas para abordar estas problemáticas. La inversión en seguridad, el fortalecimiento del estado de derecho, la creación de oportunidades económicas y la protección de los derechos humanos deben ser prioridades ineludibles.

La crisis de seguridad y derechos humanos en México es un problema estructural, arraigado en políticas de largo plazo y en la falta de estrategias efectivas para combatir la violencia y la corrupción. La responsabilidad de esta situación no recae en un solo gobierno o administración, sino que es el resultado de años de decisiones políticas y de seguridad que no han logrado abordar las causas fundamentales de la violencia y la inseguridad.

La reimposición de la visa canadiense es, sin duda, un revés para muchos mexicanos que buscan protección en el extranjero. Sin embargo, este momento debe ser aprovechado para reflexionar y actuar sobre las causas profundas que llevan a tantos a dejar su país. La verdadera solución no se encuentra en la eliminación de requisitos de visa, sino en la creación de un México donde sus ciudadanos no sientan la necesidad de buscar refugio en otro lugar.

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