Por cientos de años, la escritura y la lectura fueron privilegios de pocos, aunque siempre se supo que eran invaluables, “el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”, afirmó por ejemplo, Miguel de Cervantes (1547-1616), quien nació ya en tiempos de ejemplares impresos, pues en Europa, para la primera década del su siglo, el XVI, los escritos y copiados a mano habían cedido paso a los libros como los conocemos ahora.
Desde entonces, los libros se valen de la comunicación visual para evocar su contenido y seducir al lector, el diseño editorial ha logrado dotarlos de un valor particular y de reconocimiento a varios de sus diseñadores, es el caso de Alvin Lustig, explica Edgar Orlaineta, “revolucionó el diseño de las camisas de los libros, antes las camisas eran solo para proteger el libro y eran una réplica de la carátula, y lo que hace Lustig es que diseña algo nuevo, colorido, expresivo y a partir de esto -y lo testifica James Laughlin, su editor- la venta de los libros se duplica y nace esta frase de que se vendían por la portada”.
Alvin Lustig (1915-1955) es uno de los cuatro diseñadores e ilustradores que el artista plástico Edgar Orlaineta, retoma para Formas Íntegras, proyecto en tres etapas que explora el trabajo de cada uno desde la ilustración, el diseño, el juego y la edición para pensar el libro en su totalidad: cubiertas, guardas, formato, tipografía, manejo de contenidos, en todos los aspectos que permiten entablar una comunicación visual única entre el libro y lector o espectador.
En el espacio de la librería del MACG, a Lustig, le seguirán Ilona Karazs (1896-1981), Bruno Munari (1907-1998) y Sophie Taeuber (1889-1943), “vas a ver parte de mi colección, algunas piezas mías que se han creado a partir de la inspiración o de alguna relación con estos autores y una serie de múltiples que son series de piezas que producimos, que están a la venta, es un tiraje grande, a un precio razonable”.
Los libros son parte de la vida y obra del artista mexicano, “yo he usado los libros de diferentes maneras, pero una de las formas que uso es literal integrar libros a mis esculturas”, los textos que acompañan la exhibición permiten comprender tanto la relevancia del diseñador en turno, como la del personaje y los libros mismos en la existencia de Orlaineta al dimensionar el trabajo detrás de una publicación y la infinidad de historias que acompañan su compra y lectura, “dotamos de todo tipo de significados a los objetos y para mí los libros contienen todas las dimensiones posibles de significado, el afectivo, el que tiene que ver con tu vida, el de herramienta de conocimiento, el de objeto artístico, etcétera, entonces el libro es un objeto muy especial y aunque se diga que va a desaparecer, yo creo que eso nunca va a suceder”.