Colaborador Invitado

La nostalgia y la importancia del voto paisano

Constituido por más de 12 millones de trabajadores mexicanos radicados en EU, ha empezado a ser visto por el propio AMLO como una “reserva” para liquidar definitivamente a la oposición.

Óscar Mario Beteta

Conjuntadas y potenciadas las premisas a construir, la perspectiva triunfadora de Morena para 2024 ya no entrañaría ninguna duda… máxime si la oposición sigue paralizada y confundida.

Con lo que ha hecho y lo que aún haga en los dos años que le quedan en el ejercicio del poder, el presidente Andrés Manuel López Obrador está en perspectiva de recrear a su partido en la Presidencia y dar continuidad a su 4T.

La veintena de gubernaturas que con su actuación ha dado a Morena, la estructura clientelar que ha armado con base en sus políticas asistenciales y los inmensos medios de todo tipo que puede manejar, le dan una posición inmejorable para protagonizar la continuidad.

Pero esos elementos, que se reflejan en porcentajes ampliamente aprobatorios de su gestión pese a que se mantienen y se recrudecen problemas tan graves como la inseguridad, la corrupción, la impunidad y la economía, no le parecen suficientes.

Su propósito es que el candidato de Morena, que en realidad será el suyo, gane los comicios de manera arrolladora, por un lado, y se incluya, por otro, al llamado factor migrante.

Este, constituido por más de 12 millones de trabajadores mexicanos radicados en Estados Unidos, ha empezado a ser visto por el propio AMLO y por algunos de sus colaboradores más cercanos –según nos comentan de primera mano– como una “reserva” para liquidar definitivamente a la oposición y perpetuar a su partido.

Las previsiones y condiciones sobre las que se hace ese cálculo y sobre las que ya se trabaja en el equipo presidencial y al interior de morena son:

La salida del INE de Lorenzo Córdova y Ciro Murayama, quienes forman la primera línea defensiva de esa institución; la incorporación de dos consejeros afines, y las adiciones necesarias a la reforma electoral a fin de que se establezca la oportunidad-facilidad del voto electrónico para algunos millones de compatriotas que viven en la Unión Americana.

Hay conciencia –se acepta– que dar pasos en esta última dirección será complejo y difícil, porque se tiene que negociar con una oposición renuente a legislar sobre cualquier tema, pero ya se trabaja en eso “con los ilimitados recursos a los que se puede apelar desde el poder”.

Las premisas básicas sobre las que se pone en perspectiva un copioso voto migrante, por ejemplo, son el apego y la nostalgia de los mexicanos, que quieren mantenerse vinculados a lo que ocurre en su país y el peso que tienen en la economía nacional, a la que le inyectan unos 50 mil millones de dólares anuales por remesas.

La popularidad de la que también goza Andrés Manuel López Obrador en Estados Unidos, patentizada una vez más durante su visita a Washington esta semana, es una oportunidad que no se quiere dejar escapar.

Conjuntadas y potenciadas las premisas a construir, el escenario, incluso la perspectiva triunfadora de Morena para 2024 ya no entrañaría ninguna duda… máxime si la oposición sigue paralizada y confundida.

La única incógnita por resolver, salvo una verdadera sorpresa de la oposición que a este momento nadie ve, es con quién ganaría AMLO de una manera más aplastante.

Sotto Voce. Agradezco cumplidamente la oportunidad que me han brindado el presidente y el vicepresidente de El Financiero, Manuel Arroyo y Enrique Quintana, de estar en las páginas de este gran medio… La edad, la salud y los pobres resultados de Joe Biden, por un lado, y la investigación que Donald Trump tiene encima por la toma del Congreso en 2020, por otro, apuntan a que ninguno de los dos estará en la justa presidencial por la Casa Blanca en 2024.

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