Jana Nieto, directora ejecutiva de Relaciones Gubernamentales y Sustentabilidad para América Latina de 3M
Las empresas deben considerar a su talento como el activo más valioso, y fomentar una cultura organizacional sólida, basada en los más altos estándares de gestión y ambiente laboral. Asimismo, es importante que se comprometan con la diversidad e inclusión que permita a todos los colaboradores –sobre todo aquellos que son considerados minorías– tener las mismas posibilidades y oportunidades para desarrollarse y realizarse tanto en lo personal como en lo profesional.
La cultura de la inclusión es fundamental para cualquier empresa, considerando que todos los empleados tienen un papel esencial en la contribución a un entorno de trabajo que sea acogedor, respetuoso y que impulse el mayor potencial humano de las personas. En este sentido, algunas recomendaciones que puedo brindar a los líderes para convertir la inclusión en su punto fuerte e impulsar el éxito y crecimiento, son:
- Cultivar una comunidad conectada.
- Buscar y celebrar la diversidad.
- Dar la bienvenida a todo el mundo, tal como sea.
- Actuar con transparencia.
- Valorar la experiencia, no la antigüedad.
- Fomentar el aprendizaje y el desarrollo de todos.
Uno de los grandes temas que ha venido a revolucionar el mundo de los negocios es el empoderamiento femenino, donde es primordial contar con la infraestructura necesaria para que las acciones a favor de las mujeres sean contundentes y sostenibles, definiendo objetivos claros, medibles y retadores. Además, es sustancial generar espacios de reflexión y mesas de diálogo para transformar aspectos culturales que, en algunos casos, refuerzan el status quo y pueden frenar el desarrollo.
De acuerdo con un estudio publicado por Harvard Business Review, las mujeres son calificadas como mejores líderes por quienes trabajan con ellas en comparación con los hombres. Asimismo, se descubrió que las personas otorgan mayor importancia a las virtudes relacionadas con las habilidades interpersonales, tales como “inspirar y motivar”, “comunicar poderosamente”, “colaboración/trabajo en equipo” y “construcción de relaciones”. En estas cualidades, las mujeres fueron calificadas más altas.
Luego de leer el análisis anterior, es evidente la relación de este tipo de habilidades y las necesidades que tenemos como personas: las líderes femeninas son más conscientes de los temores que sus seguidores pudieran estar sintiendo, se preocupan más por el bienestar e inspiran confianza en sus planes, porque hacen una mayor demostración de su empatía.
El liderazgo del futuro requiere de modelos basados en la creatividad, sensibilidad y comunicación, características que favorecen ampliamente la dinámica empresarial; y para conseguir este liderazgo, se debe tener claridad en los objetivos e identificar las áreas de oportunidad para brindar soluciones. Sin duda alguna, los líderes de hoy y del futuro necesitan contar con ciertas habilidades para tener un buen enfoque al momento de tomar decisiones, por ejemplo ser creativos, talentosos y desarrollar capacidades para ser resilientes y adaptarse a los cambios que se presenten.