Clemente Ruiz Duran

Inflación de costos, no de demanda

Urge estabilizar los costos de la canasta básica; sin embargo, incrementar la tasa de interés no resolvería la situación, comenta Clemente Ruíz Durán.

La última reunión del año de la Junta de Gobierno del Banco de México se realizará el próximo jueves 16 de diciembre, en la cual se anunciará la decisión en torno a la tasa de referencia. La coyuntura es sumamente compleja, ya que la recuperación ha enfrentado muchos obstáculos que tendrán que irse sorteando sobre la marcha en medio de una creciente inflación que parece arrebatar la tranquilidad a la economía y al poder adquisitivo de las familias, así como poner en entredicho la estabilidad del peso. En este proceso se requiere tener referentes claros de lo que está aconteciendo en la economía, de lo contrario se pueden confundir las señales que orientan la toma de decisiones de las empresas y de los consumidores.

En los últimos meses se ha hecho más evidente que existen problemas de abastecimiento interno y externo, lo que se ha convertido en un problema para la economía, puesto que este proceso de ajuste ha desencadenado un aumento de precios, tanto internos como externos. Causa escalofríos hacer un recorrido por los indicadores de precios por sector económico que publica el Instituto Nacional de Estadísticas, Geografía e Informática (INEGI), especialmente en los índices de precios al productor en productos primarios, ya que en lo que va del año (diciembre 2020 a noviembre 2021) el aumento que se reporta es de 69.7 por ciento. Esto deriva de desabastos estratégicos, lo que se refleja en las tiendas de todo el país, el caso extremo ha sido el caso del tomate que escasea y que si se encuentra tiene un costo de 60 pesos por kilo, otros productos primarios afectados han sido el aguacate, chile jalapeño y la lechuga. Todo esto deriva de los aumentos en los costos de insumos fundamentales para los cultivos cómo son los fertilizantes y agroquímicos. Esta alza en los precios de estos productos primarios afecta a todas las familias mexicanas, ya que son condimentos cotidianos de la canasta básica, por lo que afecta sobre todo a los grupos de bajos ingresos.

El problema no se circunscribe únicamente a la canasta básica, sino que se refleja de igual forma en el índice nacional de precios al productor que en el período diciembre de 2020 a noviembre 2021 aumentó en forma considerable en ciertos sectores cómo es el caso de minería con petróleo que se elevó en 43,9 por ciento, en construcción 14,75 por ciento, y en la industria manufacturera 9,86 por ciento. Sin lugar a duda estamos ante un fenómeno que requiere atenderse, pero en este caso no sería a través de una elevación del costo de dinero, sino por medio del establecimiento de un programa para reducir los problemas logísticos de abastecimiento de forma de reducir las presiones en sectores estratégicos.

Se requiere estabilizar de manera urgente el costo de la canasta básica, para ello es necesario resolver los cuellos de botella de los insumos a los productores del campo a precios más razonables, dado que esto es lo que afecta a las familias más pobres del país, no se puede hacer oídos sordos ante esta situación, enfrentamos una emergencia, se requiere que el gobierno establezca una coordinación con los productores de insumos del campo de forma que se resuelva el abastecimiento de fertilizantes y los agroquímicos.

A los problemas agrícolas se han sumado los desabastecimientos de insumos industriales, lo que tiene que ver con problemas de una economía mundial que está en proceso de recuperar su capacidad productiva en diferentes sectores claves entre los que destaca el sector electrónico. En esta perspectiva es necesario una estrategia logística que resuelva estos cuellos de botella, los cuáles no se resolverán con una elevación de la tasa de interés, que de darse elevaría los costos financieros de empresas y particulares, contribuyendo a debilitar la frágil recuperación económica.

La expectativa de la reunión de este jueves de la Junta de Gobierno es que se tenga sensibilidad y se mantenga la tasa en 5 por ciento, ya que una elevación no resolvería, sino que agravaría la situación del mercado crediticio que se ha visto afectado por la falta de demanda. Una elevación contraería aún más el mercado de crédito, en momentos que la construcción está empezando a rehabilitarse después de la contingencia, y afectaría la recuperación del crédito que pudiera darse por la época navideña.

Los problemas de abastecimiento a nivel internacional son de esperarse que se resuelvan conforme avance la recuperación global, por lo mismo la inflación en el mundo tenderá a desacelerarse en 2022 y por lo mismo la autoridad monetaria daría muestra de sensibilidad manteniendo la tasa de interés, reconociendo que la inflación es de costos y no de demanda, con lo que se daría un respiro a la economía para fin de año.


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