Clemente Ruiz Duran

China: dinamizadora de la economía mundial y su impacto en México

El primer trimestre de 2021, de la economía de China, fue espectacular con un crecimiento de 18.3 porciento respecto al mismo periodo del año anterior.

El primer trimestre de 2021, de la economía de China, fue espectacular con un crecimiento de 18.3 porciento respecto al mismo periodo del año anterior. Se trata del mayor salto en un trimestre desde que comenzaron los registros en 1992 y, aunque la abultada cifra se debe a la comparación con el periodo en el que el coronavirus se abatió con más fuerza sobre China, lo que es un indicador de la fuerza de la recuperación. La subida está impulsada por un aumento de la producción industrial y del consumo interno. Este crecimiento compara con el registrado en EU que fue de 5,5 por ciento, haciendo evidente que China tendrá un papel protagónico en la recuperación de la economía mundial.


Es un momento para una reflexión profunda sobre las relaciones internacionales en nuestro modelo de desarrollo. Se requiere tener presente que Estados Unidos es por mucho nuestro principal socio comercial, exportamos en 2020 a pesar de la crisis 330,794 millones de dólares, e importamos 168,224 millones de dólares, obteniendo un superávit de 162,570 millones de dólares. En cambio, con China, tenemos un fuerte déficit comercial. En esta perspectiva, queda claro que, bajo la actual estructura de comercio internacional, la recuperación de China tiene un leve impacto sobre nuestra economía, en tanto la de Estados Unidos tendrá un mayor efecto.


La pregunta que surge es: ¿cómo México podría beneficiarse más de la recuperación de China? Lo ideal sería profundizar el comercio bilateral, pero esto sólo sería posible con una estrategia de mediano plazo, que atrajera mayores inversiones de China, de forma que estas pudieran generar exportaciones desde México, como ha sido el caso con las empresas estadounidenses, que ensamblan en nuestro país por los costos de mano de obra barata y los reexportan hacia Estados Unidos. Sin embargo, esta estrategia no se puede replicar, se requiere concertar ciertos proyectos de producción estratégicos entre México y China buscando convertir a nuestro país en un centro de reexportación hacia otros países de la región latinoamericana, y/o hacia los Estados Unidos.


Esta estrategia no es fácil de elaborar, ya que entran en juego la geopolítica y los intereses estadounidenses. De acuerdo con las estadísticas de Comtrade de Naciones Unidas en 2020 las exportaciones mexicanas hacia China fueron de 15,995 millones de dólares y las importaciones de 44,850 millones, con un déficit de 28,855 millones de dólares. De esta forma, las exportaciones mexicanas hacia China ocupan el lugar número 25 y las importaciones que realizamos el lugar número 15. Transformar esta relación deficitaria requiere de una gran estrategia que requiere coordinarse conjuntamente entre el sector público y la iniciativa privada mexicana.



Esta estrategia requiere considerar que en la estrategia del nuevo tratado de libre comercio TMEC, tiene candados que alientan el comercio intrarregional con Estados Unidos y Canadá buscando una mayor integración. Algunos analistas han mencionado que México debería profundizar su relación con Estados Unidos, tratando de atraer inversiones en sectores claves cómo el energético y en el área tecnológica. Su perspectiva es seguir profundizando la integración de América del Norte.


Es un momento de definiciones estratégicas, dado que requerimos de inversiones amplias para la recuperación, sobre todo en el sector tecnológico. Si la sociedad mexicana busca cambiar el perfil de México como un país de mano de obra barata hacia una economía de ingreso medio, se podría pensar en aprovechar en ese sentido las tecnologías que ha desarrollado China en materia de energías limpias, son el mayor productor de paneles solares, lo cual ayudaría a México a desarrollar una industria de energías limpias. De igual forma, se podría fortalecer el área de telecomunicaciones, en donde es estratégico fortalecer la relación con Huawei para desarrollar la conectividad 5G como una “plataforma habilitadora para la economía digital” ya que es el espacio donde se potenciarán tecnologías como el Internet de las Cosas, el Big Data o la Inteligencia Artificial. Estas dos áreas de negocio, las energías limpias y la conectividad serían una forma de aprovechar de manera no conflictiva el repunte de la economía china en 2021.


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