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Y ahí viene la cuarta ola de la pandemia

Jorge Alcocer Varela admitió indicios de una cuarta ola de COVID en México y con ello se delató la tendencia de la 4T por mentir sobre la pandemia.

En la última semana el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, ha estado en medio de la polémica. Primero porque trascendió que había presentado su renuncia luego del ‘regaño’ público que le dio el primer mandatario Andrés Manuel López Obrador cuando dijo que no quería excusas sobre el desabasto de medicamentos.

Ante esta crítica, además de otras situaciones, como el crecimiento político del pupilo incómodo -quien fue invitado por presidente López Obrador a Washington para la reunión trilateral entre México, Estados Unidos y Canadá-, el subsecretario Hugo López-Gatell, Alcocer Varela salió a los medios a responder: “Si (el presidente) quiere que me vaya, me voy”.

Pero esta semana López Obrador dijo que nunca pretendió regañar al titular de la Secretaría de Salud (SSa), además de que está muy contento y satisfecho con el desempeño del secretario, a quien calificó como un hombre sabio, recto, honesto, sensible y humano. “Imagínense cómo lo vamos a cambiar”.

Pero no todo acabó ahí, pues también se filtró el audio de una videollamada donde el secretario de Salud, Jorge Alcocer, reconoció que “hay pequeños indicios de una cuarta ola” de coronavirus en México. Durante el Congreso Internacional de Salud Mental y Prevención de Adicciones en la Construcción de la Paz, el funcionario expresó que no quería que su declaración trascendiera a medios de comunicación, pues calificó que muchas veces éstos se convierten en “distorsionadores de la verdad”.

Sin embargo, como ahora todo se graba y todo lo que decimos o hacemos público puede usarse en contra nuestra, el audio de Alcocer Varela se dio a conocer públicamente y ahora confirmamos esta tendencia del gobierno de la 4T a mentir sobre casi todo, pero particularmente sobre la pandemia, lo que es la mar de preocupante, porque debería ser exactamente al revés: el gobierno debería tener la mayor transparencia en la comunicación de la pandemia para que la población tome las acciones necesarias para protegerse al máximo.

Recordemos que en Europa la pandemia está al alza y en muchos países han regresado los confinamientos y la restricción de ciertas actividades. En anteriores olas, hemos visto que México le ha seguido los pasos al Viejo Continente y el invierno está a un mes de llegar.

México, un país diabético

La otra epidemia que vivimos como país se llama diabetes. La prevalencia de esta enfermedad en la población mexicana es de 10 a 15 por ciento, que se traduce en una población de 13 a 19 millones de mexicanos con dicha enfermedad, de los cuales alrededor de 50 por ciento desconoce que la padece. De la población con diabetes, solamente 25 por ciento de ellos está controlado, lo cual significa que 75 por ciento de estos pacientes tendrá complicaciones.

Esa falta de diagnóstico para 50 por ciento de la población con diabetes se traduce necesariamente en la falta de atención, tratamiento y el deterioro de órganos. Y es que las consecuencias de la falta de atención a este padecimiento son innumerables, pero van desde el riesgo de sufrir complicaciones graves hasta insuficiencia renal, accidentes cerebrovasculares, cardiopatías, pérdida de visión oceguera, hipertensión y dolor y daño a los nervios, entre otros más.

Por si fuera poco, “cada 30 segundos se pierde por amputación una extremidad inferior o parte de ella, como consecuencia de la diabetes, de ahí la importancia de la atención oportuna del pie diabético en el momento que aparezca una lesión y no esperar que se cure por sí sola, sino acudir con el profesional de la salud y recibir tratamiento”, advirtió en conferencia de prensa el doctor Josafat Camacho, presidente médico de la Federación Mexicana de Diabetes (FMD).

Se estima que la población que vive con diabetes en México en este 2021 representa un aumento significativo de 10 por ciento en los últimos dos años. A este dato hay que sumar otros 11 millones de adultos que viven en el país con la condición de intolerancia a la glucosa (ATG), que es el paso previo al desarrollo de diabetes tipo 2.

Las razones de esta alta prevalencia de diabetes en el país son muchas, como es el sedentarismo y una pésima alimentación, basada en alto contenido de sodio, azúcares y grasas trans, además de baja ingesta de frutas y verduras.

Aunado a ello, somos el país número uno en consumo de sodas. En México se consumen alrededor de seis litros diarios de refresco por persona y hay que considerar que una botella de refresco de 250 ml tiene de seis a ocho cucharadas de azúcar.

Al respecto, la doctora Adriana Vega, médica internista y diabetóloga, advierte que mientras no se hagan esfuerzos que tengan impacto en la educación, más allá de solo campañas de concienciación, no se verán resultados en cuanto a la disminución de la prevalencia de diabetes en México. Muchos quisieran, dice la médica tapatía, tener una pastilla mágica para curar la diabetes, pero eso no existe. Es una enfermedad que no tiene cura, pero puede tratarse y controlarse. Los cambios importantes se logran cuando hay un cambio en el estilo de vida, cuando el paciente se hace responsable de sí mismo, aprende a nutrirse, a hacer las comidas en forma y en horarios fijos, a hidratarse, asiste de manera regular con el médico, y claro, toma el tratamiento.

También, sin duda, la epidemia de diabetes que hay en México, asociada sin duda al sobrepeso y obesidad, es una carga económica muy grande para el sector salud, de alrededor de 20 mil millones de dólares, por lo cual nuestro país está entre los 10 países con mayor gasto para esta enfermedad y sus complicaciones.

Para la doctora Vega, este problema de la diabesidad -obesidad con diabetes- ya rebasó a las instituciones de salud en México, “así que no nos queda más que irnos hacia la prevención, porque no hay manera de que un un sistema de salud soporte tantas complicaciones, como la insuficiencia renal crónica, que se lleva una gran cantidad de recursos anualmente y además la calidad de vida que tiene un paciente con insuficiencia renal crónica es francamente triste”.

El botiquín

Enhorabuena por la noticia de la vacunación a adolescentes de entre 15 y 17 años, pero como hemos insistido en este espacio, todavía es insuficiente. Hay que vacunar a todos los menores, como están haciendo otros países y no nos referimos a los del primer mundo, sino a latinoamericanos y del Caribe… “Cuando veas las barbas de tu vecino cortar…”.


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