Desde San Lázaro

Pactan Brugada y García Harfuch

El acuerdo político y de civilidad que signaron por indicaciones de quien ostenta el bastón de mando cerrará cualquier rendija por donde se cuelen la discordia o el choque de egos.

Para aquellos ilusos, desinformados u opositores que se relamían los bigotes ante la posibilidad de un rompimiento entre los dos aspirantes más fuertes de Morena a gobernar la CDMX, les diremos que se quedarán con las ganas, ya que el acuerdo político y de civilidad que signaron por indicaciones de quien ostenta el bastón de mando, se garantiza con el reparto de posiciones que cerrará cualquier rendija por donde se cuelen la discordia o el choque de egos.

Una cosa es el pacto que signaron ante Mario Delgado todos los suspirantes del partido en el poder para evitar una escisión en aras de buscar la gubernatura en ocho entidades del país, y otra, muy diferente, el acuerdo alcanzado entre Clara Brugada y Omar García Harfuch.

El acuerdo firmado ante el líder nacional de Morena, tan solo servirá para utilizarlo como papel de baño por varios inconformes que romperán lanzas ante el manoseo en las encuestas.

El arte de la política, esa que hace del diálogo y los acuerdos su herramienta por antonomasia, logró que, independientemente de los resultados de las encuestas que se aplicarán para definir al candidato de Morena y rémoras en la capital del país, se mantengan unidos los precandidatos en aras de conservar el poder en el principal bastión de la izquierda mexicana, ya que desde 1997 con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, investido con la playera del PRD, ganó esa posición y hasta la fecha todos los sucesivos jefes de Gobierno han sido de ese partido político y ahora de Morena.

En qué consiste el acuerdo alcanzado entre Brugada y García Harfuch, simplemente en respetar por parte del perdedor el resultado al reconocer y alzarle la mano a su contraparte para, a partir de ese momento, trabajar ambos para ganar la elección, al tiempo de armar una ruta crítica que contenga el periplo en el cual las paradas serían la jefatura de Gobierno, el Senado y el gabinete de la próxima presidenta de México.

Si gana García Harfuch —si se respeta el resultado de las encuestas que lo dan como ganador por dos dígitos— sería el candidato del oficialismo y gobernaría la CDMX por un tiempo, mientras que Clara Brugada sería nombrada secretaria general de Gobierno, para después de un breve lapso, asumir el máximo cargo político de la capital del país, con grandes posibilidades de mantenerse en esa posición al ganar la elección a la que convocaría el Congreso local para elegir al sustituto de Omar.

La experiencia que ha tenido la exalcaldesa de Iztapalapa es invaluable y no se puede tirar a la basura, es por ello que su destino, tarde que temprano, será convertirse en la segunda mujer que gobierne la megalópolis.

De igual manera, el destino de García Harfuch y merced a su experiencia y logros que ha tenido en la administración pública en el ámbito de la seguridad pública, está marcado y será al lado de la presidenta como secretario de Seguridad y Protección Ciudadana u otra responsabilidad que tenga que ver con este complejo tema.

No hay que descartar que también existe la posibilidad de su incorporación al Senado de cualquiera de ellos, y ello depende del acontecer de futuros movimientos políticos y la coyuntura nacional.

Estamos ante el caso de dos funcionarios públicos que no se pueden desperdiciar en la lucha por una candidatura en donde necesariamente uno de los dos perderá.

Lo que se tuvo que hacer con Marcelo Ebrard para evitar su ruptura con el actual régimen, lo han hecho en la definición de la candidatura para gobernar la capital y ello, habla de que ya imperan las nuevas formas para hacer política y gobernar.

De los otros tres suspirantes para la capirucha, Torruco, Boy y López-Gatell, pues tan solo diremos que el premio de consolación que les espera será más que bienvenido, principalmente para el exsubsecretario de Salud, quien por todos lados busca el fuero que representa ser diputado y con este escudo, librarse de las acusaciones penales que existen en su contra por el fracaso en su gestión como principal responsable de enfrentar a la pandemia por Covid-19.

Miguel Torruco Garza estará en la campaña y gobierno de Claudia Sheinbaum y la ecologista Mariana Boy será acogida en un área en donde su expertis sea capitalizado.

Mientras que en Morena y sus rémoras están a unos días de tener precandidatos para competir por gobernar la capital del país y en ocho entidades más; el bloque opositor, apenas está afinando la convocatoria y el método de selección, provocando el malestar de los suspirantes y el rezago en la contienda.

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