Por un lado, qué bueno que Xóchitl Gálvez se ha colocado en la antesala de la presidencia de la República, pero, por otro, el talante autoritario del presidente López Obrador y su deseo de instaurar el obradorato, impide que, por las buenas, entregue la banda presidencial a la oposición y ello, de suyo encienden las alertas en torno a la preservación de la gobernabilidad, la democracia y el orden constitucional.
AMLO está preparado para reaccionar ante todos los escenarios posibles en cuanto a los resultados electorales que se den en los comicios del próximo año, y si le son adversos a tal nivel que ni con la cooptación de la presidencia del INE y algunos consejeros, ni con el control en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación pueda revertir ese resultado, entonces se “promoverá la movilización por el fraude electoral” al costo que sea, incluso está previsto meter al Ejército y la Guardia Nacional.
Ante un escenario de ingobernabilidad, el presidente podría promover un Estado de excepción, además de dejar sin efecto el resultado de la elección presidencial.
Desde ahora, ya algunos miembros y adeptos prominentes de la 4T alertan sobre una “conspiración que prepara la derecha radical” y para ello el gobierno de AMLO debe estar alerta para preservar la paz social.
Por eso insistimos sobre el tema de que, para impedir la alternancia en el poder, son capaces de todo, incluso de desconocer los resultados electorales ante el riesgo de un estallido social.
Suena descabellado, pero no imposible, sobre todo por el radicalismo que prevalece en el grupo cercano al presidente, donde son capaces de todo, absolutamente de todo, para impedir que regrese la oposición al poder.
Claro, existen pesos y contrapesos al interior del país y allende las fronteras, como el gobierno estadounidense, las democracias europeas y asiáticas, aunque todo ello se lo han pasado por el arco del triunfo otras dictaduras de la región como Cuba, Venezuela y Nicaragua, gobiernos alineados al Foro de Sao Paulo.
El adoctrinamiento a los simpatizantes de AMLO es por todos los frentes, incluso siembran la idea de que la derecha radical es tan violenta que son capaces de todo y por ello hay que “reaccionar de la misma manera para impedir que avancen en sus propósitos”.
Tan solo hay que ver cómo manejan a los beneficiarios de los programas sociales de AMLO, tanto con mentiras en torno a la cancelación de estos programas si la oposición llega al poder, como con amenazas de castigarlos, en caso de que no salgan a apoyar al presidente.
Los brigadistas de la 4T recorren en estos momentos el territorio nacional para promover a sus corcholatas, al tiempo de reafirmar el liderazgo de AMLO rumbo al 2024 y más allá.
La prioridad máxima del presidente es mantener el poder a toda costa, por ello en lo que respecta a la tarea de gobernar y revertir los graves problemas que aquejan a los mexicanos, eso va en segundo plano.
El presidente hace como que gobierna y para eso tiene mil justificaciones que esgrime todas las mañanas; y sus detractores hacen como que protestan; bueno, eso era antes de las dos megamanifestaciones ciudadanas para defender al INE, a la democracia y a los ministros de la SCJN; y por supuesto, de la irrupción de Xóchitl Gálvez en el escenario político.
Dicen algunos que la cosa se puso interesante con el nuevo equilibrio de fuerzas que se ha dado con el desmedido crecimiento de la hidalguense en las preferencias electorales; yo digo que todo se tornó peligroso, aunque, sin duda, qué bueno que se han equilibrado las fuerzas entre el oficialismo y la oposición rumbo a la elección presidencial del próximo año.
Ahora, más que nunca se requiere de la participación de una sociedad activa que esté atenta ante los coletazos del autoritarismo que ahora se dedica a atacar con toda la fuerza del Estado a Xóchitl, emulando con ello a los sátrapas de la región que hacen de todo para aplastar a sus opositores como encarcelarlos, inventarles toda clase de delitos, retirarles la nacionalidad o incluso violar el secreto fiscal, la protección de los datos personales y de sus garantías constitucionales.