Desde San Lázaro

Violencia sistemática contra periodistas

Podría decirse que este sector no escapa a lo que ocurre en la mayoría del país, en donde el hampa mantiene bajo su control vastas extensiones del territorio nacional, pero...

Qué factores han disparado el incremento de asesinatos a periodistas que tan solo en este año van cinco, tres de ellos en Tijuana.

Se podría decir que este sector de trabajadores no escapa a lo que ocurre en la mayoría del país, en donde el hampa mantiene bajo su control vastas extensiones del territorio nacional; sin embargo, y por desgracia, los asesinatos de los comunicadores responden directamente a su labor en la denuncia y publicación de diversos temas que causan escozor en políticos, mafiosos y también entre empresarios.

Lejos de que se aclaren los hechos y que se detengan a los culpables, tanto a los autores materiales como intelectuales, prevalece la impunidad como un cáncer que corroe y hace metástasis en el cuerpo de una sociedad agraviada y vilipendiada.

El asesinato de periodistas en México es de los más altos del mundo, incluso a la par de países que se encuentran en situación de conflictos bélicos.

Para los observadores internacionales y agrupaciones que defienden los derechos humanos y el orden democrático, llama la atención sobre lo que ocurre aquí, particularmente en el ataque sistematizado que se da en diversos espacios del poder público contra distintos informadores, en virtud de que se atenta contra la libertad de expresión y el derecho a la información.

El régimen democrático requiere, sin duda, una robusta libertad de expresión y un periodismo independiente y autónomo que, incluso, no se amedrente ante los ataques que vienen desde el poder.

Se podría decir que 2022 será un año ominoso para el gremio periodístico.

Indefensos y teniendo como única arma, hablando en términos coloquiales, una pluma, libreta y grabadora, enfrentan enormes amenazas que podrían acabar con su vida.

Recientemente ocurrió una movilización nacional de este gremio para exigir garantías a los tres niveles de gobierno, para llevar a cabo el ejercicio de su actividad bajo condiciones de seguridad.

Dicen algunos colegas que habría que considerar la tesis que señala que en cuanto cesen los ataques del gobierno en contra de periodistas, en esa misma proporción se abatirán los crímenes contra los comunicólogos.

Todo está concatenado en un efecto dominó. La violencia verbal se traduce luego en hechos lamentables.

Desde San Lázaro, el grupo parlamentario del PAN lamentó la muerte del periodista Marcos Ernesto Islas Flores, ejecutado la madrugada de este domingo en la colonia Camino Verde, en la Delegación Sánchez Taboada de la ciudad de Tijuana, Baja California.

Condenó, de igual manera, los asesinatos de los reporteros José Luis Gamboa en Veracruz, Ignacio Santiago en Oaxaca, Margarito Martínez Esquivel, Lourdes Maldonado ambos de Tijuana, todos acontecidos en este bimestre.

De acuerdo al Mecanismo de Protección a Periodistas se considera que 57 por ciento de las agresiones a periodistas se concentra en el Estado de México, Guerrero, Michoacán, Sonora, Oaxaca y Veracruz.

La bancada del PAN en San Lázaro expresó que deben detenerse los crímenes tan violentos en contra de periodistas que sólo hacen uso de su libertad de expresión y que ponen en riesgo su vida en uno de los países más peligrosos del mundo para las y los comunicadores.

De acuerdo con el Mecanismo de Protección a Periodistas de la Secretaría de Gobernación, de diciembre de 2018 al 26 de enero de 2022 se tienen contabilizados 52 asesinatos de periodistas.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) y la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), condenaron los asesinatos de los periodistas registrados en México en lo que va del año 2022. Hizo un llamado al gobierno federal para fortalecer sus mecanismos institucionales de protección a periodistas de manera inmediata.

El asesinato de periodistas nos lastima a todos porque daña la libertad de expresión y el derecho a la información, a las instituciones y merma el poder de la gente que ha elegido al régimen democrático como un sistema que regula, entre otras muchas cosas, el comportamiento de las autoridades y el aparato impartidor de justicia.

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