Las Encuestas

La participación en la consulta

Que la consulta sea más atractiva para los segmentos que apoyan a López Obrador, que para los que se oponen a él, tiene implicaciones para el posible resultado.

A 10 semanas de la consulta de revocación de mandato, agendada para el 10 de abril, las encuestas al día de hoy prevén un apoyo mayoritario a que el presidente López Orador continúe en su cargo, y una minoría a favor de que se le revoque el mandato. La mayor duda es cuánta gente saldrá a votar y si se logrará o no el umbral de 40 por ciento para que sea vinculante.

Estimar la participación probable no es un asunto sencillo. Ya lo hemos intentado aquí con las encuestas de El Financiero en elecciones federales y en algunos casos la estimación ha sido muy cercana al resultado oficial; en otros no tanto.

En 2018, con base en una encuesta realizada pocos días antes de las elecciones, estimamos una tasa probable de participación de 64 por ciento (El Financiero, 27 junio 2018); la cifra oficial fue 63.4 por ciento. La diferencia fue mínima.

En 2021, la participación en plena pandemia rebasó las expectativas. Con base en nuestra última encuesta preelectoral estimamos una tasa de participación probable de 48 por ciento (El Financiero, 2 junio 2021) y al final votó 52.7 por ciento de los electores. Subestimamos por casi cinco puntos.

En ambos ejercicios, la estimación se hizo usando la encuesta más cercana a los comicios. La experiencia, en general, es que la participación probable va subiendo conforme se acercan las elecciones. Ese fenómeno, capturado por las encuestas, refleja la gradual movilización del electorado en el periodo de campañas. Esto puede o no suceder con la consulta.

Entre las preguntas que solemos emplear para estimar la participación probable están el nivel de interés político de las personas entrevistadas, así como su probabilidad subjetiva de acudir a votar; también hemos considerado si saben o no la fecha de las elecciones y si votaron o no en la última elección. No hay una receta, pero estas preguntas básicas pueden resultar muy útiles.

La consulta de revocación de mandato no es una elección federal como tal, pero seguirá la misma lógica en su organización por parte del INE, además de que está convocado a participar todo el electorado. Como un ejercicio de análisis, aplicamos el mismo tratamiento de estimar una tasa de participación probable con base en la encuesta nacional más reciente de El Financiero, realizada los días 14 y 15 de enero con 500 entrevistas telefónicas.

El estudio arroja un rango de probable participación de entre 15 y 21 por ciento. El escenario se queda corto comparado con el umbral de 40 por ciento que la consulta requiere para ser vinculante. Por otro lado, de confirmarse una participación dentro de ese rango, se superaría a la participación que se registró en la consulta popular del año pasado sobre los expresidentes, de casi 8 por ciento.

El rango estimado de 15 a 21 por ciento de probable participación en la consulta de revocación de mandato refleja el estado de ánimo en este enero y ciertamente puede cambiar. La expectativa sería que suba conforme se movilice el asunto; pero también dependerá del número de casillas que el INE abra con el presupuesto asignado. Si se abren menos casillas que en las pasadas elecciones federales, eso podría incidir en una participación disminuida.

La encuesta también arroja un perfil muy interesante de los probables votantes en la consulta: Según el sondeo, es más probable que salgan a votar los hombres que las mujeres, en razón de casi dos a uno; y los mayores de 50 años votarían más que los jóvenes de 18 a 29 años, en razón de más de dos a uno.

Además, los morenistas son más probables de votar que los simpatizantes de otros partidos. La encuesta indica que si la consulta hubiera sido en enero, uno de cada dos votantes serían simpatizantes de Morena, la mitad del electorado activo, una clara sobrerrepresentación considerando que los morenistas significan entre 20 y 25 por ciento del electorado total. En otras palabras, el peso del morenismo en las urnas el día de la consulta podría ser por lo menos del doble de lo que pesan en la población.

Que la consulta sea más atractiva para los segmentos que apoyan al Presidente que para los que se oponen a él tiene implicaciones para el posible resultado: el porcentaje de apoyo al mandatario podría ser más alto en las urnas de lo que muestran hoy las encuestas. También hay claras implicaciones para la narrativa posterior a la consulta: una baja participación con un resultado generoso para el Presidente será un arsenal de municiones contra el INE.

Veremos si estas estimaciones se mueven en las próximas semanas.

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