Las Encuestas

Aspiracionistas

Tener expectativas de mejores condiciones de vida, incluida la de los hijos, es una aspiración legítima, y lo ha sido por mucho tiempo.

Las críticas del presidente López Obrador a la clase media no parecen haberle redituado en popularidad; al contrario, la mayoría de la gente las vio mal, de acuerdo con una encuesta nacional que EL FINANCIERO publicó el lunes pasado. Pero el tema de si la clase media mexicana tiene o no un carácter “aspiracionista”, como lo calificó AMLO, tiene más para analizar, y para ello recurro al más reciente estudio Latinobarómetro, realizado en México en octubre de 2020.

La encuesta incluyó una pregunta que sirve por lo menos para dos propósitos en el análisis de la clase media: la autopercepción de la situación propia y las perspectivas (aspiraciones) de movilidad social.

A las personas entrevistadas se les preguntó lo siguiente: “Imagínese una escala de 10 peldaños, en el 1 se ubican las personas ‘más pobres’ y en el 10 se ubican las personas ‘más ricas’; ¿dónde se ubicaría usted?”.

La mayor proporción de personas se ubicó en el punto 5, con un 36 por ciento. Los peldaños del 1 al 4 sumaron 43 por ciento, y los peldaños del 6 al 10, el 21 por ciento. ¿A partir de qué punto cree usted que comienza la clase media?

Realmente es muy arbitrario decirlo con sólo una pregunta, así que chequé otras variables del estudio y parece que a partir del punto 6 y hasta el 10 podría ser una buena aproximación de la clase media, aunque en tamaño luzca un poco castigado, con 21 por ciento.

Seguramente algunos entrevistados que se ubicaron en el punto 5 también son clase media, pero mis criterios para hacer el corte en el punto 6 fueron los siguientes: a partir de ese punto los entrevistados se consideran mayoritariamente a sí mismos como clase media o media alta, según otra pregunta de autoclasificación que contiene el cuestionario.

Además, a partir del punto 6 también se ven con claridad las diferencias en equipamiento en el hogar (internet, computadoras, smartphones, entre otras) y diferencias en niveles de educación. Así que, para propósitos prácticos emplearé los peldaños 6 a 10 como un indicador de clase media.

En la encuesta también se hizo esta misma pregunta respecto a los padres y dónde creen que se encontrarán sus hijos en la escala. En su conjunto, esas preguntas nos dan una idea de la movilidad social percibida respecto a los padres, pero también de las aspiraciones de los mexicanos respecto a dónde visualizan a sus hijos. Me concentro en esta segunda. Como dije al inicio, estas preguntas ofrecen una medición, un tanto cruda pero interesante, de la autovaloración de clase media, así como de las aspiraciones de movilidad social, con los hijos como referente.

Y aquí es donde las cosas se ponen más interesantes. En general, los entrevistados ubican a sus hijos en una mejor posición social que a sí mismos, lo cual revela la aspiración, el deseo, la expectativa de que los hijos tengan un mejor nivel de vida. Mientras que 21 por ciento de los entrevistados se ubicó en los peldaños 6 a 10, 43 por ciento ve a sus hijos en alguno de esos peldaños, una proporción dos veces mayor.

La pregunta es si ese ‘aspiracionismo’ es exclusivo de la clase media o se distribuye más-menos igual en todos los peldaños. Sorpresa: la aspiración de movilidad social es ligeramente más acentuada entre los peldaños de la parte baja de la escala (1 a 5) que entre los que calificamos como de clase media (6 a 10).

En promedio, 47 por ciento de quienes se ubicaron en los peldaños 1 a 5 ve a sus hijos en una posición más alta que la suya. En la clase media (peldaños 6 a 10), 42 por ciento ubicó a sus hijos en una mejor posición. El ‘aspiracionismo’ de movilidad social es general, e incluso un poco más marcado entre los segmentos populares que entre la clase media.

De hecho, el temor de movilidad social descendente es ligeramente mayor entre la clase media: 28 por ciento de los entrevistados en los peldaños 6 a 10 cree que sus hijos estarán en peores condiciones que las suyas, mientras que entre los entrevistados de los peldaños bajos (1 a 5) el 13 por ciento, la mitad, lo cree así.

Tener expectativas de mejores condiciones de vida, incluida la de los hijos, es una aspiración legítima, y lo ha sido por mucho tiempo. Como señala el historiador Lawrence James en su recuento del surgimiento de la clase media inglesa, “en términos de la evolución de la clase media, la voluntad de los padres para invertir en el futuro de sus hijos ha tenido una enorme significancia.”

Los datos de las encuestas hoy en México nos muestran que, por lo menos en cuanto a expectativas de movilidad social ascendente, la clase media mexicana no es la más “aspiracionista” en el país. La expectativa de mejoramiento social es mucho más amplia y trasciende a la clase media. Habrá que ver otros temas. Por lo pronto, queden estos datos del Latinobarómetro 2020 para ir abonando al debate de la clase media mexicana y su carácter.

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