Senador de la República

El agua, nuestro oro líquido

Es urgente tomar acciones contundentes en la cultura de uso y cuidado del agua, debido a que el problema de sequía y desabasto que enfrentamos no es nada menor.

Como ya es bien sabido, en los últimos meses gran parte del territorio nacional ha sufrido desabasto de agua, esto a consecuencia de la prolongada sequía que azota al país, además, empeorado por el fenómeno meteorológico conocido como ‘La Niña’.

Es necesario detener el paso y reflexionar acerca de la importancia de este vital líquido, pues, aunque vemos lejana una sequía de magnitudes catastróficas, estamos más cerca de lo que creemos.

De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, el 85 por ciento del territorio mexicano sufre de sequía en diferentes intensidades, siendo el norte y el noreste los más afectados por este fenómeno.

Para poner en contexto la importancia económica del agua, debemos entender que, de acuerdo con las Naciones Unidas, más de la mitad de la mano de obra mundial está empleada en ocho sectores que dependen del agua y los recursos naturales, a saber: agricultura, bosques, pesca, energía, producción con uso intensivo de recursos, reciclaje, construcción y transportes. Se estima que mil 400 millones de puestos de trabajo dependen en gran medida del agua.

En México más de 80 por ciento de los recursos hidráulicos que poseemos se destinan a la agricultura y a la industria, siendo sectores estratégicos para el desarrollo y soberanía nacional.

La contaminación de los cuerpos acuíferos representa un problema adicional al desperdicio y poca disponibilidad, generado cuando se descargan aguas residuales sin tratamiento sin importar su origen, ya sea de tipo doméstico, industrial, agrícola o minero.

Más de 57 por ciento del agua no tratada termina en los ríos y mares, lo cual tiene un costo económico de contaminación causada por aguas residuales no tratadas de 57.03 millones de pesos, equivalentes a 0.3 por ciento del Producto Interno Bruto.

Aunque el porcentaje de agua que utiliza la industria es mucho menor a la de uso agrícola, genera la contaminación equivalente a la de 100 millones de habitantes, según datos de la Comisión Nacional del Agua.

Es urgente tomar acciones contundentes en la cultura de uso y cuidado del agua, debido a que el problema de sequía y desabasto que enfrentamos no es nada menor, así como de concientización en el cuidado de los recursos naturales y el medioambiente, con el fin de mitigar el cambio climático y que nuestros cuerpos de agua y mantos freáticos cumplan con su ciclo de recuperación.

En días pasados, nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador exhortó a las refresqueras y cerveceras a ceder a la población parte de la gran cantidad de agua que utilizan para la elaboración de los productos que comercializan.

En el Senado de la República, en sesión de la Comisión Permanente, el grupo parlamentario de Morena, bajo la coordinación del senador Ricardo Monreal Ávila, expresamos nuestra preocupación por este fenómeno que afecta a las y los mexicanos, en especial a los que trabajan la tierra.

Al interior del Senado, en las comisiones legislativas se están trabajando y analizando las posibles acciones para combatir el cambio climático y las sequías que azotan al país, regulando las prácticas empresariales de despilfarro y contaminación del agua, que dejan con muy poco líquido para actividades y consumo humanos.

El autor es presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público.

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