Directora de Análisis y Estrategia en Intercam Casa de Bolsa

El gran dilema

El regreso a clases en México no cuenta con la planeación ni con las medidas preventivas mínimas para tratar de mitigar la aceleración en el número de contagios de Covid-19.

Llueva, truene o relampaguee el próximo 30 de agosto los niños regresarán a clases presenciales, pese a que estamos en el pico de la tercera ola de Covid. Esta semana se registraron más de 28 mil nuevos casos en un día, alcanzando un nivel récord de toda la pandemia. Estados Unidos ha registrado un aumento de más de 40 casos diarios por cada 100 mil habitantes, caso similar al Reino Unido, que registra 45 casos diarios bajo la misma métrica. Ambos países han logrado avances contundentes en las campañas de vacunación. El primero ha inoculado al 50 por ciento de su población con dos dosis, y el segundo al 61 por ciento. En Estados Unidos 94 por ciento de los nuevos casos infectados provienen de la población que no ha sido vacunada. En nuestro país, tan sólo se ha vacunado a 23 por ciento de la población y, derivado de la cantidad tan grande de gente que no cuenta con anticuerpos, el virus aún se puede reproducir y mutar en nuevas variantes.

Pero el gobierno ha decidido abrir las aulas con niños, siendo parte de la población que no ha sido vacunada. Con la apertura de las escuelas, corremos el riesgo de convertirnos en un caso semejante al de India, donde podríamos seguir viendo una aceleración en vertical en el número de casos en las siguientes semanas.

El gobierno y padres de familia se enfrentan a un gran dilema. El primero tiene la necesidad imperiosa de seguir apuntalando la economía. Los últimos indicadores económicos adelantados señalan un menor dinamismo en el consumo, que es el motor de la economía mundial, por lo que el riesgo de crecimiento económico está sesgado a la baja, condenando irremediablemente la recuperación de la actividad económica. Parte de la población económicamente activa no ha regresado a laborar porque las escuelas no abren. Es una realidad innegable que para muchos padres de familia, las escuelas funcionan como una guardería, porque les da la posibilidad de salir a trabajar. Sin embargo, el costo del regreso a clases podría ser de dimensiones inimaginables porque a la fecha la mayoría de los hospitales se encuentran saturados, más aún los infantiles.

Para los padres de familia es particularmente difícil la situación, y la población más afectada ante estas circunstancias es la de menores ingresos. Exponer a los hijos a un regreso a clases que no cuenta con los protocolos mínimos de seguridad, a costa de tratar de cerrar la brecha educacional que surgió como resultado de la emergencia sanitaria. Los niños y jóvenes han sido de los sectores más afectados. El distanciamiento social y el cierre de las escuelas durante un año y medio ha cobrado una factura muy cara que ha dejado secuelas emocionales y sociales considerables. Finalmente, vencer los temores de contagio, ya que la gran mayoría de las familias han sido víctimas del Covid, y ante la falta de vacunas la posibilidad de infecciones entre niños y jóvenes es considerable.

Es una realidad que las escuelas en la mayoría de los países desarrollados no cerraron sus puertas. Son economías que destinan mayores recursos a sus programas educativos, y con la emergencia sanitaria las escuelas contaron con más apoyos del gobierno. Tienen un protocolo definido de actuación, así como medidas claras y puntuales para paliar el número de contagios.

El regreso a clases en México no cuenta con la planeación ni con las medidas preventivas mínimas para tratar de mitigar la aceleración en el número de casos. Tampoco existen protocolos de actuación en caso de que surgieran contagios en las escuelas. Pareciera que el gobierno ha mandado mensajes contradictorios y confusos actuando con negligencia. Encima de ello, hay dudas sobre la eficacia de las vacunas administradas al magisterio. Los padres de familia se encuentran preocupados de la calidad actual de infraestructura y las condiciones de salubridad en las escuelas. Es tanta la urgencia del gobierno, que espero haya hecho bien la matemática porque con el regreso a clases en estas condiciones, podría agudizar las circunstancias antes mencionadas. Como madre me encuentro en un gran dilema.

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