Monterrey

Luis Águila: OT, IT y Ciberseguridad: la infraestructura invisible detrás del nearshoring en México

México vive un momento histórico en el contexto del nearshoring. La relocalización de cadenas de suministro hacia Norteamérica ha convertido al país en el principal receptor de inversión en América Latina, concentrando más del 70 por ciento de los proyectos vinculados a este fenómeno.

Nuevo León, con su posición estratégica y ecosistema industrial, se ha colocado a la vanguardia de esta transformación.

Sin embargo, la pregunta clave no es únicamente cuántos capitales llegan, sino qué tan preparados estamos para recibirlos con infraestructura digital segura, resiliente y competitiva frente a estándares internacionales.

En la narrativa del nearshoring suele resaltarse la proximidad geográfica con Estados Unidos, los costos laborales competitivos o la disponibilidad de parques industriales, aunque el tema de los aranceles es una nueva variable sobre todo en la toma de decisiones sobre inversión, se seguirá buscando a través de acuerdos estos se minimicen o se detengan.

Pero el verdadero motor que definirá la competitividad a largo plazo será la integración tecnológica de las plantas manufactureras.

La convergencia entre tecnologías de información (IT) y de operación (OT) representa hoy la columna vertebral de la manufactura moderna,y su correcta implementación es un requisito indispensable para sostener el ritmo de inversión extranjera directa que, solo en 2024, superó los 36 mil millones de dólares según cifras oficiales de la Secretaría de Economía.

El concepto de Industria 4.0 ha dejado de ser aspiracional para convertirse en un mercado creciente en México. De acuerdo con IMARC Group,el valor de esta industria alcanzó los 2,470 millones de dólares en 2024 y podría superar los 8,300 millones hacia 2033, con una tasa de crecimiento anual de 14.5%.

Este avance no se limita al uso de robots o sensores, sino a la capacidad de integrar datos de la línea de producción con sistemas de planificación, trazabilidad en tiempo real y mantenimiento predictivo.

La unión de OT (mundo físico) e IT (mundo digital) permite tomar decisiones basadas en información inmediata, lo que se traduce en eficiencia, reducción de costos y mayor capacidad de respuesta ante exigencias globales.

No obstante, esta interconexión también expone a las empresas a riesgos crecientes. La ciberseguridad se ha convertido en uno de los desafíos más urgentes del sector. México fue el país más atacado de América Latina en 2024, concentrando el 55 por ciento de los incidentes de cibercrimen en la región, de acuerdo con Reuters.

Tan solo en la primera mitad de 2025 se han registrado más de 35 billones de intentos maliciosos en el país, dato de Fortinet, mientras que a nivel global los ataques de ransomware a empresas industriales crecieron un 46 por ciento en un solo trimestre, según Honeywell. Estos datos reflejan que la digitalización sin protección puede convertirse en un riesgo mayor que frene la competitividad.

La industria mexicana enfrenta un reto mayor para ello. La adopción de prácticas de seguridad sigue rezagada. Muchas empresas aún operan con sistemas OT sin actualizar, carecen de segmentación de redes o dependen de contraseñas débiles sin autenticación multifactor.

En un entorno donde cada minuto perdido por un ataque puede significar millones de dólares, la resiliencia digital no es un gasto, sino una inversión estratégica.

Nuevo León se perfila como un ejemplo de cómo esta visión puede materializarse. El estado concentra una gran parte de las inversiones de nearshoring y ya se promociona como región segura y tecnológicamente preparada. Su ecosistema de universidades, centros de investigación y clusters industriales ofrece una base para formar talento en automatización, ciberseguridad industrial y análisis de datos.

Sin embargo,los retos de capital humano siguen siendo significativos. Manpower estima que la escasez de perfiles tecnológicos alcanza el 74 por ciento en México,lo que limita la capacidad de expansión si no se fortalecen las alianzas academia-industria-gobierno.

La ventana de oportunidad es corta. Diversos analistas, incluido Morgan Stanley, estiman que el nearshoring podría detonar inversiones de hasta 46 mil millones de dólares en los próximos cinco años, con un impacto de hasta tres puntos en el PIB anual de México.

Pero ese escenario solo será posible si las plantas instaladas cumplen con los estándares globales de conectividad y seguridad que demandan las cadenas de suministro internacionales. Un apagón digital provocado por un ciberataque no solo afecta a una empresa, sino que puede frenar la confianza de inversionistas en toda la región.

El futuro industrial de México dependerá de la capacidad de convertir sus fábricas en espacios inteligentes, conectados y seguros. La geografía y la mano de obra son ventajas relevantes, pero ya no diferenciales.

Lo que distinguirá a México frente a otros destinos será la calidad de su infraestructura digital, la madurez de su ciberseguridad y la disponibilidad de talento altamente especializado.

Nearshoring sin tecnología es una promesa a medias; nearshoring con OT, IT y ciberseguridad robusta es la ruta para consolidar al país como hub manufacturero de clase mundial. Nuevo León tiene la posibilidad de liderar este camino.

Luis Águila, miembro del comité de TI de Index Nuevo León

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