Monterrey

Paulo Cuéllar: Contrapesos políticos

Los contrapesos políticos son fundamentales para el funcionamiento de una democracia saludable y efectiva. Sin embargo, en la actualidad, a menudo se confunden con posturas opositoras que solo tienen como finalidad debilitar, desprestigiar y criticar al gobierno en turno, ya que su misión es arrebatar el poder.

Los verdaderos contrapesos deben ser una energía transformadora; un conjunto de habilidades que incluye un pensamiento dialéctico que se convierte en una capacidad argumentativa, sustentando un desacuerdo a una idea o acción.

Además, deben desplegar una conciencia crítica que concluya con una estrategia diferenciada. En palabras más coloquiales, un genuino contrapeso argumenta con bases sólidas por qué no es conveniente una determinada acción y plantea una propuesta concreta que sustituya a la otra.

Lo más sustancioso de un contrapeso serio es que no se limita a una crítica superficial, sino que propone acciones o estrategias diferentes que conduzcan al mismo objetivo. Cuando el contrapeso surge del manantial social, tiene más posibilidades de lograr un equilibrio de poder. Pero cuando emana de los partidos políticos, se contamina y se distorsiona.

En Nuevo León, los contrapesos políticos se han fortalecido recientemente debido a la diversidad de partidos representados en el Congreso local. Actualmente, el Congreso está compuesto por diputados del PRI, PAN, Morena, el Partido Verde y el PT, lo que crea un ambiente de negociación y equilibrio de poder.

Este equilibrio es crucial para evitar que una sola fuerza política domine las decisiones y para fomentar la colaboración entre el poder Ejecutivo, el Legislativo y los municipios metropolitanos.

Las organizaciones civiles y líderes de opinión han celebrado estos resultados, ya que consideran que un Congreso plural es esencial para abordar y resolver las problemáticas de los ciudadanos de manera efectiva.

La sociedad mexicana merece un contrapeso de estatura capaz de evitar que una persona o institución acumule demasiado poder, lo cual podría llevar a abusos o corrupción. Los verdaderos contrapesos garantizan que los derechos y libertades de los ciudadanos sean respetados, y fomentan la transparencia y la rendición de cuentas. Las instituciones y los actores políticos se vigilan mutuamente, lo que ayuda a identificar y corregir irregularidades y malas prácticas.

Un genuino líder político evalúa su quehacer político y desempeño, escuchando y tomando en cuenta las ideas, iniciativas y propuestas de su contrapeso. Cuando un gobernante arremete contra su contrapeso político, solo manifiesta su intolerancia a ideas diferentes a las suyas.

Finalmente, la democracia se construye en la heterogeneidad.

El autor es analista político y director de la agencia de inteligencia socio política Letras de Poder. También es profesor de la UANL y UDEM y Ex director fundador de Vértebra A.C.

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