Monterrey

Daniel Maranto: La estrategia y los sistemas ligeramente conectados

Los sistemas ligeramente conectados, son conjuntos de individuos que logran resultados, aunque las conexiones entre ellos vayan más allá de una estructura organizacional formal.

Comparto un concepto de la literatura en comportamiento organizacional, loosely coupled systems, originalmente aplicado en instituciones educativas y luego llevado al contexto empresarial, su traducción libre es sistemas ligeramente conectados. ¿Qué significa esto?, ¿qué implicaciones tiene? ¿qué características tienen? Los sistemas ligeramente conectados, son conjuntos de individuos que logran resultados, aunque las conexiones entre ellos vayan más allá de una estructura organizacional formal.

Su implicación es que tienen capacidad de logro, independientemente de las formalidades de una estructura establecida. ¿Cuál es el pegamento que mantiene unidos a estos sistemas? Es la confianza entre los individuos, la visión compartida de los resultados a lograr, saber que es en la complementariedad de capacidades y voluntades que los resultados y la correspondiente recompensa se lograrán.

La confianza se construye a lo largo del tiempo, mostrando que se cumplen cabalmente en tiempo y forma los compromisos adquiridos. De esta manera, los individuos que participan en la tarea estarán más dispuestos a seguir colaborando y fortaleciendo esas redes de confianza. Complementariamente, el entorno de negocios es cada vez más cambiante, complejo e incierto por lo que las estructuras rígidas no tienen la capacidad de respuesta oportuna, lo que genera que los individuos busquen conexiones entre ellos para dar respuesta a las demandas del entorno.

¿Significa esto que las estructuras y los procesos formales ya no funcionan? No, es en la comunicación entre los equipos de trabajo, de manera ágil, basada en el conocimiento, en la confianza y objetivos y reconocimientos compartidos, lo que dará la velocidad de respuesta esperada ante un entorno que cambia rápidamente.

La tecnología permite comunicación ágil entre niveles de la organización; desde luego, que la cultura y los sistemas de trabajo deben permitir la comunicación entre colaboradores, más allá de las formalidades de una estructura organizacional. En la actualidad podemos tener sesiones de trabajo con colegas en diversas geografías y niveles jerárquicos para coordinar acciones y la entrega de resultados.

¿Qué sucede cuando la organización se apega a las estructuras y procesos rígidos? Dada la velocidad de cambio del entorno, probablemente se tome la decisión correcta, pero fuera de tiempo. Con ello quiero decir que son los individuos, quienes con su voluntad de cooperar y entendiendo que los beneficios individuales se lograrán con la suma del esfuerzo y talento de todos los involucrados, los que lograrán los resultados esperados en la organización.

¿Cómo fomentar sistemas de trabajo ligeramente conectados? Esto inicia con el hecho de que las acciones de los líderes de los equipos sean congruentes con el trabajo basado en la confianza y con el estilo de trabajo basado en resultados, fijación compromisos, asignación de recursos y evaluación del desempeño con base en indicadores compartidos.

Los colaboradores estarán motivados para lograr un bien individual basado en el bien mayor. Aunado al concepto de sistemas ligeramente conectados, podemos tomar de la literatura que un equipo avanza a la velocidad del más lento de sus integrantes; de ahí se sigue que los miembros del equipo colaborarán para avanzar y lograr los objetivos establecidos.

¿Qué impide estas formas de trabajo? Son varios los factores; uno de ellos es que los criterios de evaluación de desempeño privilegien el desempeño individual sobre el colectivo. Una forma de corregir esto es que la evaluación individual se componga tanto de la contribución individual como del resultado del equipo.

Otro elemento es el comportamiento oportunista en el que un individuo toma ventaja del equipo de manera intencional y sin hacer contribuciones relevantes; para ello, este comportamiento debe tener consecuencias no favorables mayores que los beneficios obtenidos de tal comportamiento. Un tercer elemento tiene que ver con un estilo de liderazgo centrado en controlar procesos.

La literatura reporta varias formas de control organizacional. Dos de ellos son útiles en esta oportunidad, el control con base en procesos y el control con base en resultados. Si bien siempre hay procesos que debemos seguir, a nivel directivo debemos controlar con base en los resultados acordados, definir los qué esperados y el equipo definirá los cómo lograrlo.

Finalmente, los sistemas ligeramente conectados quizá no sean tan ligeramente conectados, sino que son amalgamas sólidas basadas en individuos que confían entre sí, con capacidad para hacer contribuciones relevantes y voluntad para cooperar para lograr un bien mayor y, por ende, un bien individual.

El autor es profesor de Estrategia y Liderazgo en EGADE Business School.

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