En 2022, 27.4 por ciento de los hogares en México tuvo, al menos, una o uno de sus integrantes como víctima del delito. Los delitos más frecuentes fueron fraude, robo o asalto en calle o transporte público y extorsión. En 2022 ocurrieron 26.8 millones de delitos. De estos, 92.4 por ciento no se denunció o la autoridad no inició una carpeta de investigación. Este subregistro se denomina cifra negra.
Estos son algunos de los resultados arrojados por la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2023, dada a conocer recientemente por el INEGI.
En 2022 se estimaron 21.1 millones de víctimas de 18 años y más. La cifra equivale a una tasa de 22,587 víctimas por cada 100 mil habitantes. La tasa de víctimas por cada 100 mil habitantes es uno de los principales indicadores que se genera con las encuestas de victimización. Se conoce también como prevalencia delictiva
En 2022, las entidades con las tasas más altas fueron Ciudad de México, con 31 mil 876; y el Estado de México, con 31 mil182.
En Nuevo León, la tasa de prevalencia delictiva fue de 25 mil 159, es decir, que un cuarto de los habitantes adultos de nuestro estado fue víctima de algún delito durante el año 2022.
El costo total a consecuencia de la inseguridad y el delito en hogares representó un monto de 319.1 mil millones de pesos, lo que equivale a 8 mil 192 pesos, en promedio, por persona afectada. Lo anterior se traduce en 1.08 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Como se mencionó antes, el 92.4 por ciento de los delitos no fueron denunciados ante la autoridad competente. Entre las razones atribuibles para no denunciar delitos ante las autoridades por parte de las víctimas destaca la pérdida de tiempo, con 31.5 por ciento y la desconfianza en la autoridad, con 14.7 por ciento.
Como podemos observar, la política de “abrazos, no balazos” no ha servido de nada en el combate a la delincuencia. Esperemos que las nuevas autoridades hagan algo más efectivo para hacer frente a ese problema que afecta a todos los mexicanos y mexicanas.
Crecimiento moderado en el mediano plazo
Un crecimiento del PIB de entre 2.5 y 3.5 por ciento durante 2024 y de entre 2 y 3 por ciento durante el periodo de 2025 a 2029 es lo que se espera en los Criterios Generales de Política Económica (CGPE), entregados recientemente por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público al Congreso de la Unión.
En lo que se refiere a la inflación, los CGPE anticipan una tasa de 3.8 por ciento en 2024 y de 3 por ciento durante el resto del periodo.
El tipo de cambio cerrará el 2024 en $17.6 pesos por dólar, para pasar a cerrar el 2025 en $19.9 pesos y terminar en el 2029 en $19.6 pesos por la divisa estadounidense.
En cuanto a las tasas de interés (CETES a 28 días), los CGPE pronostican que cerrarán el 2024 en 9.5 por ciento, para termina el 2029 en 5.5 puntos porcentuales.
Como podemos observar, no hay ninguna perspectiva de mejoría sustancial en el mediano plazo para la economía mexicana, sin contar con alguna sorpresa desagradable que se puede presentar en ese lapso.
El autor es economista de la UANL, con Doctorado en la Escuela de Graduados de Administración y Dirección de Empresas (EGADE) del ITESM. Es profesor de la Facultad de Economía de la UANL y miembro del SNI-Conacyt
