Monterrey

José de Jesús García: La Búsqueda de la Felicidad

Confirmo cada vez con mayor precisión que la mayor felicidad proviene de las relaciones personales

Uno de los argumentos que más he utilizado a lo largo de mi carrera como promotor de la felicidad es la Declaración de Independencia de los EEUU. En este documento se reconocen tres derechos inalienables de todo ser humano: la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. Nótese que el derecho que se reconoce es el de la “búsqueda de la felicidad” y no la felicidad misma.

Este derecho es congruente con la visión Aristotélica de la felicidad, la cual es concebida como el fin último del hombre. Si el sentido de la vida es ser feliz, al menos debo de tener el derecho a buscar mi felicidad, tal y como lo establece la Declaración de Independencia de nuestros vecinos.

La búsqueda de la felicidad es un tema popular. Existen varias películas con ese nombre, una de ellas en la cual vemos a Will Smith caracterizar la vida de Chris Gardner y su lucha por alcanzar la felicidad a pesar de muchas adversidades. También podemos encontrar un libro de Tal Ben Shahar, que fue traducido con ese nombre y en el cual nos sugiere que no seremos felices hasta que renunciemos a la idea de ser perfectos.

Pero, ¿Es conveniente o debemos de buscar la felicidad? Para muchos, la felicidad es algo que llega como consecuencia, que no es necesario buscarla. Se dice que entre más se preocupa uno por ser feliz, más difícil se vuelve encontrar la felicidad. Una metáfora lo ilustra de manera muy clara: La felicidad es como una mariposa que tenemos en la palma de la mano. Si la apretamos buscando atraparla, se irá lejos de nosotros. Si la dejamos libre, permanecerá cerca de nosotros.

Está también el otro lado de la moneda: la felicidad se busca y se trabaja; no podemos esperar a que llegue sola. Esta visión considera que tenemos a nuestro alcance la posibilidad de ser felices y que podemos lograrlo si es que trabajamos de la manera correcta. En lo personal, apoyo esta visión y sostengo que la solución para una vida feliz se resume en tres palabras: Ponte A Trabajar.

Recientemente, tuve una reunión con mis compañeros de carrera. Sobra decir que nos conocemos desde hace muchos años y que tenemos mucho qué platicar y qué recordar. Es obvio también que nos pasamos un rato increíble cada vez que nos vemos. Pensando en este artículo, me atreví a preguntarles que opinaban acerca de la búsqueda de la felicidad.

Las respuestas de mis amigos no fueron muy diferentes a lo que hemos aprendido en el estudio de la felicidad. Sus opiniones fueron orientadas hacia las causas de su felicidad, que en mucho descansan en saber que la familia está bien y en los momentos que pueden convivir con ellos y con otros seres queridos.

Coincidimos también en la conveniencia de tomar las cosas con más tranquilidad, no discutir por temas irrelevantes, agradecer por lo que tenemos (que otros no tienen) y tratar de disfrutar el día a día con lo que tenemos, más que sufrir por lo que no tenemos. Compartimos sueños y deseos, sin que éstos se tradujeran en obsesiones o quejas si es que no lo tenemos. Reconocimos que en la vida no tenemos todo lo que deseamos, pero al mismo tiempo, no sentimos que nuestra felicidad dependa de lo que no tenemos.

Me quedó claro también que no tenemos un concepto uniforme de lo que es la felicidad. Me da la impresión de que, aunque la vida de mis amigos es feliz en general, el significado de la felicidad no nos queda muy claro a la mayoría de nosotros. Y pienso que este tema sigue siendo muy relevante, ya que si no sabemos con certeza lo que es la felicidad y consideramos que la felicidad es el fin último de nuestras vidas, nuestras acciones, proyectos y esfuerzos pueden no estar encaminados hacia la meta adecuada.

Cada quien puede tener su concepto personal de la felicidad. Cada quien puede tener su meta específica en la vida, y no necesariamente tiene que ser la felicidad. Para mí, está muy claro que lo que debo de buscar en mi vida es ser feliz. Además, me queda claro también que la felicidad no es mala para la sociedad y que la felicidad es alcanzable. Si, la búsqueda incesante de la felicidad nos puede llevar a la infelicidad, pero debe de quedarnos claro que si queremos ser felices tenemos que trabajar por ello. Tal vez no debamos de trabajar de manera intensa y desorganizada, pero sí de manera ordenada y educada.

La ciencia de la felicidad nos dice que para ser felices tenemos que estar satisfechos con nuestras vidas. Existen innumerables casos de personas que tienen mucho y son infelices; en contraste, existen personas que tienen poco y son muy felices. La clave está en las aspiraciones y la obsesión que nos provocan. No es malo aspirar; lo malo es obsesionarnos.

¿En qué debemos de trabajar para ser felices? ¿Cuál es nuestra tarea? Alguna vez escuché a Adela Micha comentar que su madre le decía de pequeña: da lo mismo enamorarse de un hombre pobre que de un hombre rico. Este comentario hace una clara alusión a la importancia del dinero en la felicidad de los seres humanos. Necesitamos recursos materiales para ser felices, así como necesitamos de salud física y de salud emocional. Así como tenemos que trabajar para cuidar nuestro dinero, tenemos que trabajar para cuidar nuestra condición física y nuestras relaciones personales. Estar bien en estas áreas de nuestra vida hará que la misma sea más agradable, más feliz.

En cuanto a la reunión con mis amigos, ¿qué les puedo decir? Confirmo cada vez con mayor precisión que la mayor felicidad proviene de las relaciones personales. Y si tienen amigos como los míos, los felicito. Son gente muy afortunada.

El autor es consultor y conferencista en los temas de felicidad, bienestar y calidad de vida

Su correo electrónico es: pepechuy13@gmail.com

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