Monterrey

Pablo de la Peña: Perdura la desconfianza

El Índice de Confianza del Consumidor que dio a conocer el INEGI para el mes de julio de este año tuvo una caída de 3 puntos respecto al nivel en el mismo mes del 2021

Siento que estamos entrando en esa época del año en la que tenemos indicadores económicos contrapuestos que nos hacen dividir nuestras expectativas para la segunda mitad del año, algunas positivas y algunas negativas.

Dentro de las expectativas positivas se encuentra la creación de empleos formales que ha sido sorpresivamente buena. En diciembre del 2019, cerramos el año con 20,079,434 millones de puestos de trabajo registrados en el IMSS – empleos formales. De acuerdo con el último dato en el mes de julio, el IMSS registra 20,421,442 puestos de trabajo totales, esto es un 3.22% más que en diciembre del 2019, o 657,992 empleos nuevos. Lo que parece indicar que se han recuperado los empleos perdidos por la pandemia durante el 2020 y parte del 2021.

Otro punto positivo es el ritmo que han tenido las exportaciones hasta el mes de junio de este año, pues superaron en un 20 por ciento a las exportaciones en el mismo mes del año pasado. Finalmente, hace unos días el INEGI dio a conocer que el Producto Interno Bruto de México creció 1.9 por ciento en el segundo trimestre del 2022, respecto al mismo trimestre del 2021. Esto nos haría pensar que la economía mexicana está mostrando signos de recuperación.

Sin embargo, por otro lado; tenemos algunos indicadores negativos. Hace unos días también se dio a conocer la tasa de crecimiento anualizada del PIB para los Estados Unidos, y ésta mostró un retroceso del 0.9 por ciento respecto al mismo segundo trimestre del 2021, y tomando en cuenta que en el primer trimestre de este año también se mostró una tasa negativa del 1.9 por ciento respecto al mismo periodo del 2021, hay razones para pensar que quizá nuestro vecino esté ya en un periodo de recesión. Es importante esta nota negativa porque más del 80 por ciento de nuestras exportaciones van hacia ese país, y en general nuestra economía está estrechamente ligada al dinamismo que presente nuestro vecino. Otro punto negativo es que la inflación sigue creciendo, el mes de junio cerramos con una inflación casi del 8 por ciento anual. Esto sin duda está afectando el sentimiento de confianza tanto de los consumidores como del sector empresarial y de los especialistas en economía del sector privado.

El Índice de Confianza del Consumidor que dio a conocer el INEGI para el mes de julio de este año tuvo una caída de 3 puntos respecto al nivel en el mismo mes del 2021. Podríamos pensar que en este 2022 en que estamos viendo algunos signos de recuperación, los consumidores podrían tener mejores expectativas y una perspectiva más positiva de la economía, pero al parecer no es así. De hecho, la expectativa sobre la economía mexicana para los próximos 12 meses fue el componente que tuvo la mayor caída dentro de la percepción de los consumidores, con 7.4 puntos respecto al dato del mismo mes, pero del año pasado.

De la misma manera cayó la expectativa del sector empresarial sobre la economía mexicana, medida mediante el índice de Confianza Empresarial que se compone por los índices de confianza del sector manufacturero, el de construcción, el de comercio y por el de servicios. Respecto al mismo mes de julio del 2021, el índice manufacturero cayó 0.7 puntos, el de construcción cayó 1.2 puntos, el de comercio cayó 4.1 puntos y el de servicios cayó 2.6 puntos.

Todo esto se refleja en que las expectativas de los economistas del sector privado, en la encuesta que publica el Banco de México para el mes de agosto, nos sean buenas. La expectativa para la inflación en este 2022 sigue siendo cercana al 8 por ciento; la expectativa de crecimiento económico sigue siendo menor al 2 por ciento anual, y la inseguridad sigue siendo el factor de mayor preocupación que obstaculiza el crecimiento económico en nuestro país, seguido por problemas de falta de estado de derecho y corrupción.

Como lo mencioné al inicio de esta columna, los signos son un poco confusos en términos económicos, algunos buenos y otros malos; sin embargo, si consideramos que los obstáculos mencionados como la inseguridad, la falta de estado de derecho y la corrupción, no son problemas que se resuelvan de manera inmediata, creo que las expectativas seguirán siendo un tanto pesimistas para lo que resta del año, y mientras no veamos cambios sustanciales en la administración de López Obrador, las expectativas seguirán siendo así de malas para lo que resta de su sexenio.

Pablo de la Peña

Pablo de la Peña

Decano Asociado de Educación Continua de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno y director de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública, profesor del Tec de Monterrey de Economía y de Gestión Pública Aplicada.

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