Monterrey

Héctor Zuno: Acueducto El Cuchillo II - A tiempo

A todo te puedas acostumbrar, menos a vivir sin agua

Hace algunos días, se presentó en el Palacio de Gobierno de Nuevo León, el proyecto del acueducto El Cuchillo II. Esta obra, además de ser el proyecto insignia del gobierno en su estrategia contra la crisis de agua, se presenta como parte de una solución integral y de largo plazo para el desabasto de agua en Nuevo León.

El acueducto, que se construirá entre 8 y 10 meses, tendrá la capacidad de abastecer a la ZMM con 10 mil litros de agua por segundo, por un periodo de 30 años, aproximadamente. El acueducto actual, que solo genera 5 mil lps y que ha operado con grandes fugas desde hace muchos años, quedará solo como un respaldo en caso de emergencia.

Esta noticia, que sin duda representa algo muy positivo para todos los ciudadanos neoloneses, me ha llevado a reflexionar en lo grave que ha sido la indiferencia de todas las personas que gobernaron el estado durante los últimos 30 años.

En la política, existe un modus operandi bastante conocido, que consiste básicamente en atender lo urgente y dejar lo demás de lado. O, dicho de otra forma, atender lo que deja reflectores e ignorar los problemas que seguramente le explotarán a otro más adelante.

Esta tendencia es tan común y se ha repetido tantas veces, que hoy en día tenemos fuertes crisis que rebasan por completo las capacidades del gobierno. Por ejemplo, la crisis de seguridad pública, las deficiencias del sistema educativo, la corrupción estructural del sistema político, etc.

Todas estas problemáticas, conocidas ya por la gente y con las que han aprendido a vivir, hoy en día se ven pequeñas ante la crisis que actualmente vive el estado de Nuevo León: el desabasto de agua potable.

¿Por qué? Porque a todo te puedas acostumbrar, menos a vivir sin agua.

El desabasto de agua es el más claro ejemplo de lo grave que puede llegar a ser la indiferencia de los gobernantes. Por años, en Nuevo León, se permitió que se manejara el agua con deficiencias, descuidos y mucha corrupción.

Usuarios con grandes deudas sin pagar, vecindarios completos colgados a la red de agua ilegalmente, quintas y ranchos utilizando millones de litros de forma clandestina, cientos de casas y propiedades sin medidores, fueron las constantes en el manejo del Sistema de Agua y Drenaje de Nuevo León durante los últimos 20 años.

Lo que nos exige preguntarnos, ¿los gobernadores dónde estaban? ¿En qué estuvieron ocupados todos los que han pasado por el Palacio de Cantera?

Pensar que ninguno de ellos nunca supo nada, sería reflejar liderazgos débiles y descuidados, por otro lado, pensar que siempre supieron y nunca les interesó hacer algo, implicaría enfrentar con decepción la realidad de los gobernantes que ha tenido este estado.

Siempre ocupados en sus negocios, en proyectos visibles que les dieran popularidad, en redes clientelares que abrieran pasos a sus deseados sucesores, dejando a Nuevo León sin nada para enfrentar el futuro.

La crisis de agua, de seguridad, educación, pobreza y demás, por años se estuvieron haciendo a un lado, y hoy como resultado, las estamos viendo estallar.

Es una realidad que a este gobierno no le va a alcanzar ni el tiempo, ni el dinero, para solucionarlas todas, pero se tiene que reconocer, que, por primera vez en mucho tiempo, estamos viendo a un gobierno que no es indiferente y que le hace frente a los problemas.

Entre fuertes críticas y constantes reclamos, el gobernador Samuel García, ha dado la cara y propuesto alternativas crisis tras crisis.

El anuncio del Acueducto El Cuchillo II, representa que ha logrado algo que no se había podido en mucho tiempo y que es básico, pero a veces es tan difícil en política:

*Alinear incentivos entre actores de fuerzas políticas distintas para sacar adelante el barco”

Esperemos que esto sea el inicio de una solución que perdure más de una generación.

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