Monterrey

Angel Maass: Tarjetas de crédito… ¿Procrastinación financiera?

El aplazar una decisión podría ser garrafal y entre más tarde comience, el tiempo perdido y los recursos económicos serían casi imposibles de recuperar

Seguramente uno de los temas centrales que acaparará las portadas de los periódicos del día de hoy será el incremento de 75 puntos base en la tasa de interés por parte de la Reserva Federal. Al escuchar los comentarios de su presidente, el Sr. Jerome Powell, los analistas y expertos de opinión consideran otro ajuste al alza de la misma magnitud en septiembre del presente año.

Habiendo dicho esto, habrá que tener en mente que Banco de México (Banxico) y el mercado no sólo vislumbran un alza de 75 puntos base, sino más bien de por lo menos 150 puntos base en dos tramos. El primero de ellos, en la reunión programada para el 11 de agosto y el otro el 29 de septiembre de 2022. Faltando todavía otras 2 sesiones para concluir 2022, probablemente con más aumentos. ¡Ya veremos hasta donde llegaría la tasa de interés!

Con los aumentos de tasas de interés señaladas, el costo del dinero se ha ido incrementando con su respectivo impacto en los diferentes productos financieros, como en el caso de las tarjetas de crédito. Por ejemplo, Banxico señala en su portal que, al cierre del 2021, el Costo Anual Total (CAT por su acrónimo) a nivel sistema para un cliente no totalero (es decir, que no liquida completamente su saldo) era de 48.2% (promedio ponderado por saldo). Si usted tiene curiosidad, lo invito a que consulte su estado de cuenta y revise cuanto es su CAT actual.

Solo como referencia, le comento que la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE) promedio mensual a 28 días se ubicaba en 5.44% (DIC-21) y 7.42% (JUN-22). Lo anterior representa un incremento de 403.65 puntos base, más lo que se acumule. En este contexto, todos nos hemos visto afectados de alguna u otra manera por esta situación. La más clara es el detrimento del poder adquisitivo, quizá la más notable sea cuando vamos a surtir despensa al supermercado. ¿Acaso le suena familiar?

Al respecto, algunos de mis conocidos me preguntan qué se puede hacer para que sus ingresos no se vean mermados por el alza generalizada de precios, incluyendo el incremento del costo del dinero, más aún cuando se tienen deudas financieras.

Al respecto me pregunto, cuántos de ustedes han acudido a la sucursal de su banco de cabecera o realizado una llamada al centro de atención a clientes para tratar de renegociar la tasa de interés o preguntar por esquemas que pudieran apoyarlos a reducir el pago mensual de sus tarjetas de crédito con la finalidad de mejorar su posición de liquidez e inclusive hasta dormir con menos preocupaciones.

Si acaso no lo has hecho pensando que renegociar deudas sólo es para grandes corporativos, lamentablemente estas cometiendo un error. Precisamente de aquí deriva el título de la columna. De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española, la palabra procrastinar significa diferir o aplazar.

A la fecha, existen bancos con los que se puede transferir una deuda de tarjeta de crédito a otra entidad que ofrezca una tasa más atractiva y así poder generar un ahorro. De hecho, te invito a consultar el simulador de tarjetas de crédito de CONDUSEF y seleccionar la opción de comparar por CAT (véase: https://tarjetas.condusef.gob.mx/cat_anual.php). Precisamente ayer realicé una consulta y aparecieron 96 tarjetas de crédito, aunque sólo 41 incluían información sobre su tasa de interés.

El CAT promedio sin Impuesto al Valor Agregado (IVA) fluctuaba entre 17.2% y 102.3% (promedio simple 64.3%). Ante este panorama, imagínese el dinero que podría ahorrar simplemente con intentar efectuar una sustitución de su actual deuda de tarjeta de crédito a un banco que le pudiera ofrecer una tasa menor a la que se encuentras pagando.

Entre la categoría de tarjetas de crédito clásicas, destaca Banregio con su producto denominado MÁS, sin costo de anualidad, gastos de cobranza ni reposición, $200 pesos por plástico adicional, ingresos mínimos comprobables de $25,000 pesos, costo por disposición de efectivo en cajero propio de 4.0% y un CAT promedio sin IVA de 23.4%. No obstante, usted podría elegir la opción que mejor se acomode a sus necesidades.

Cabe señalar que muchos bancos a raíz de la pandemia han realizado fuertes inversiones en tecnología, lo que facilita la contratación de este tipo de crédito a través de medios digitales (aplicaciones web). Por tal motivo no se deje ganar por la desidia y aproveche esta herramienta comparativa de CONDUSEF.

Como sugerencia y en caso de que posea más de una tarjeta de crédito, trate de cambiar el saldo de aquella con la que tiene la tasa de interés más elevada y ya no la utilice, de tal manera de evitar nuevamente un sobreendeudamiento. ¡Espero esta recomendación le haya sido de utilidad!

El autor es economista por el Tecnológico de Monterrey (Campus Monterrey) con máster en finanzas y administración, ambos grados por EGADE. Actualmente es Director de Estudios Económicos y Relación con Inversionistas de Grupo Unicco, aunque las opiniones aquí plasmadas son a título personal.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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